El negacionismo es una especie de terraplanismo político. Este fenómeno niega lo evidente y las verdades científicas. Toda verdad es relativa, pero lo que no se puede es atacarla en nombre de situaciones conspirativas.
¿Qué sucede cuando esa mentira se transforma en verdad, y cuando los que defienden la verdad son atacados por quienes están construyendo esta mentira? Las conspiraciones, el miedo y la desconfianza se vuelven un terreno muy fértil para el crecimiento de este tipo de discursos que niegan lo evidente: la pandemia, las vacunas, la comunidad científica.
Hace poco salió una muy buena película de Netflix, Don't look up, que trabaja esta problemática y refleja lo que sucede en Estados Unidos. Una encuesta de la Universidad de Chicago indicó que el 52% de los estadounidenses son proclives a las teorías conspirativas.
Resulta muy peligrosa la aparición de activismos políticos basados en la negación, ya que se pierde la frontera entre la verdad y la mentira. La pandemia cambió nuestras vidas y estamos ante un momento de reflexión para evitar el crecimiento de estos discursos. Debemos poner en el centro un nuevo orden mundial basado en la solidaridad, la justicia y la igualdad.
Nahuel Sosa es sociólogo, analista político y docente de la Universidad de Buenos Aires.