El primer ministro de Francia, Sébastien Lecornu, renunció este lunes, un día después de haber nombrado a su gabinete y tras pasar menos de un mes en el cargo, profundizando la crisis política que atraviesa el gobierno del presidente Emmanuel Macron.
En su discurso de renuncia, Lecornu argumentó que no estaban dadas las "condiciones" para gobernar y aprobar los presupuestos necesarios para 2026, algo que atribuyó a la división política. "Haría falta poco para que funcione. Uno siempre debe poner a su país antes que a su partido", sostuvo.
"En última instancia, la cuestión ahora es cómo cada uno da un paso, un gesto y más que un gesto, sin renegar de sus propias convicciones, para hacer avanzar al país. No puede ser tan binario como estar a favor de la reforma de las pensiones o en contra, sino más bien cómo la mejoramos", agregó.
La presidencia francesa informó en un comunicado que Macron aceptó la renuncia de Lecornu, a quien había designado como primer ministro el pasado 9 de septiembre. Se trata de la cuarta persona en ocupar el cargo en menos de un año y la tercera que renuncia en ese período.
Emmanuel Macron junto al nuevo primer ministro Sébastien Lecornu
Tras la renuncia de Lecornu, la oposición presiona a Macron para que renuncie.
El partido de ultraderecha Agrupación Nacional pidió que se celebren nuevas elecciones anticipadas o que Macron renuncie. "Esto plantea una pregunta para el presidente de la República: ¿puede seguir resistiendo la disolución de la legislatura? Hemos llegado al final del camino", aseguró Marine Le Pen.
Desde la extrema izquierda, Francia Insumisa también exigió la renuncia del presidente. "Emmanuel Macron debe dimitir o marcharse tras votación en las asambleas. El pueblo es dueño de sí mismo. De una forma u otra, volverá a ser convocado", sostuvo su líder, Jean-Luc Mélenchon, en X.
Tras la renuncia de Lecornu, los ministros que había designado este domingo permanecerán en sus cargos de forma interina para gestionar los asuntos cotidianos hasta que se forme un nuevo gobierno. La Asamblea Nacional, profundamente fragmentada, refleja la inestabilidad política y dificultad para alcanzar acuerdos que afecta al gobierno de Macron desde hace más de un año.