Estados Unidos se encamina a su primer cierre de gobierno en casi 7 años, situación que solo podría evitarse con un acuerdo de última hora en el Congreso respecto a las partidas presupuestarias, actualmente bloqueadas por las tensiones entre demócratas y republicanos.
Cada año, el Parlamento debe asignar fondos a 438 agencias gubernamentales antes del 1 de octubre, cuando empieza el año fiscal. Sin embargo, a horas del límite establecido para este martes a la medianoche, las negociaciones se encuentran estancadas y el financiamiento no está garantizado.
El foco del conflicto está en el Senado, donde los republicanos tienen una mayoría de 53 a 47, pero necesitan 60 votos para aprobar el proyecto de presupuesto. Los demócratas adelantaron que no respaldarán la ley a menos que se extiendan los subsidios a seguros de salud que vencen a fin de año.
Por su parte, los republicanos defienden un proyecto al que califican de simple y "limpio", y se niegan a negociar. El presidente Donald Trump recibió este lunes al líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, y otros legisladores opositores, pero la reunión no dejó avances.
"Ahora está en manos del presidente. Él puede evitar el cierre si logra que los líderes republicanos acepten lo que queremos", afirmó Schumer a la prensa. El vicepresidente J.D. Vance, sin embargo, no se mostró optimista: "Creo que nos dirigimos a un cierre, porque los demócratas no harán lo correcto".
Trump visa extranjeros
Trump se encamina a su segundo cierre de gobierno: sería uno por cada mandato.
El último cierre de gobierno se produjo entre 2018 y 2019, durante el primer mandato de Trump, y duró 35 días. En esa ocasión, la disputa en el Congreso giró alrededor de temas de inmigración. Ahora, la tendencia del republicano a ignorar las leyes de presupuesto aumenta la incertidumbre.
Qué implica un cierre parcial del gobierno de Estados Unidos
La administración de Donald Trump empezó a enviar este lunes planes de contingencia a las distintas agencias federales para que estén preparadas en caso de que se produzca un cierre parcial del gobierno. El director de presupuesto, Russ Vought, anticipó que la situación se manejaría "adecuadamente, pero se puede evitar".
Estos planes, según adelantó la agencia Reuters, implicarían cerrar todas las actividades consideradas "no esenciales", como las oficinas que realizan investigaciones científicas y servicio al cliente. Los empleados entrarían en período de licencia sin goce de sueldo, pero la administración también amenazó con despidos masivos.
Las consecuencias de un cierre parcial serían variadas y afectarían a distintas agencias federales: el Departamento de Salud tiene previsto suspender al 41% de sus trabajadores, el Departamento de Trabajo no emitiría su informe mensual de desempleo y las aerolíneas advirtieron que podrían producirse demoras en los vuelos.
Por el momento, los planes de cierre de Trump son similares a los de otras administraciones. Todos se rigen por una ley del siglo XIX que prohíbe las operaciones del gobierno federal en áreas donde hay fondos federales aprobados por el Congreso, con excepciones por motivos de seguridad nacional y para proteger vidas y bienes.