Hay lugares en la Argentina que no aparecen en las postales más conocidas, pero que esconden un carácter único. Nonogasta es uno de esos sitios que, sin necesidad de llamar la atención, terminan dejando una huella. A medio camino entre la calma rural y la historia profunda, este pueblo riojano parece detenido en el tiempo, abrazado por las sierras y perfumado por viñedos centenarios.
El paisaje no es solo un fondo bonito: es parte de la vida cotidiana. Las parras no están puestas para la foto, sino que crecen con una fuerza que habla de generaciones enteras trabajando la tierra. En sus calles tranquilas y bajo el sol alto, se mezcla el aroma a vino joven con el eco de antiguas faenas mineras.
Visitar Nonogasta no es correr de un lado a otro. Es más bien frenar, mirar, respirar. Y dejarse llevar por un ritmo diferente, donde los días parecen tener más horas y las montañas, más historias que contar.
Nonogasta
Conocida como "la Perla del Oeste", esta localidad invita a sumergirse en un ambiente cálido y acogedor, donde la historia, la cultura y la naturaleza se conjugan en perfecta armonía.
Turismo La Rioja
Dónde queda Nonogasta
Nonogasta está en la provincia de La Rioja, en el noroeste argentino, y forma parte del departamento de Chilecito. Es un pueblo chico pero con una identidad muy marcada, enclavado en una zona que combina la aridez del clima con la fertilidad de sus valles, donde crecen vides de renombre y se conservan tradiciones antiguas.
Quienes llegan hasta ahí descubren un rincón tranquilo, rodeado de cerros y con un legado agrícola e industrial que se respira en el ambiente. No es raro encontrar alguna finca con olivos, frutales de carozo o viñedos, que llevan décadas dando frutos, ni tampoco cruzarse con estructuras que recuerdan el paso de una época minera intensa. Todo eso convive en pocos kilómetros, bajo un cielo inmenso.
Qué puedo hacer en Nonogasta
Las actividades en Nonogasta tienen sabor local y ritmo pausado. Para empezar, el tour de vinos es casi obligado. Las bodegas de la zona ofrecen degustaciones de varietales, como Torrontés Riojano, Merlot y Bonarda, cultivados en altura y con características que los hacen únicos. No se trata solo de beber, sino de conocer el proceso, caminar entre viñas y charlar con quienes llevan años dedicados a esta tarea.
Pero no todo es vino. El turismo minero también tiene su espacio, con recorridos por los antiguos hornos de fundición y estaciones del histórico Cable Carril de Mina La Mejicana. Esta obra de ingeniería, que unía la sierra del Famatina con Chilecito, atraviesa paisajes increíbles y guarda restos de lo que fue una de las actividades económicas más fuertes de la región.
Además, para quienes buscan naturaleza, hay senderos entre montañas, vistas panorámicas y rincones donde el silencio lo dice todo. Es fácil encontrar un lugar donde sentarse, respirar hondo y desconectarse por completo. Nonogasta no ofrece ruido, pero sí mucha calma.
Nonogasta
Es una joya oculta, con espectaculares paisajes naturales, viñedos que se extienden hasta el horizonte y una fascinante historia que se siente en cada rincón.
Turismo La Rioja
Cómo llegar a Nonogasta
Llegar a Nonogasta puede ser parte del disfrute. La forma más directa es volar hasta la ciudad de La Rioja y desde allí hacer el trayecto por tierra en colectivo o en auto. El viaje dura poco más de una hora y permite ir adentrándose poco a poco en el paisaje del oeste riojano, donde los cerros comienzan a asomar y el clima se vuelve más seco.
Otra opción es llegar en auto desde Buenos Aires, para quienes prefieren una aventura sobre ruedas. Son aproximadamente 12 horas de ruta, pasando por varias provincias y disfrutando de los cambios del paisaje. Puede parecer largo, pero quienes se animan a hacerlo aseguran que vale la pena: cada parada puede convertirse en parte del descubrimiento.