Un reciente estudio científico dió a conocer que una modificación muy simple en la forma de caminar puede marcar una gran diferencia en la salud y en la expectativa de vida. Según los investigadores, este ajuste en la rutina diaria aporta a reducir el riesgo de mortalidad y se convierte en una herramienta accesible para favorecer la longevidad.
La caminata es una de las actividades físicas más completas, económicas y fáciles de incorporar a la vida cotidiana. Mejora la salud cardiovascular, protege las articulaciones, ayuda a prevenir enfermedades como el cáncer o la demencia, regula el peso corporal y refuerza el bienestar mental. Con tantos beneficios comprobados, no sorprende que los expertos la consideren clave para un envejecimiento saludable y para aumentar la esperanza de vida.
Lo más interesante es que la diferencia no está en la cantidad de tiempo que se camina, sino en la intensidad con la que se realiza. Los datos de la investigación confirman que modificar el ritmo al andar potencia los resultados, logrando efectos más notorios en la prevención de enfermedades y en la reducción de la mortalidad.
Cómo es el cambio al caminar que ayuda a la longevidad según expertos
Los científicos analizaron información de más de 85.000 personas durante un seguimiento de casi 17 años. Los participantes detallaron su tiempo y ritmo de caminata, así como hábitos de vida y estado de salud general. Al evaluar los datos de mortalidad recopilados hasta fines de 2022, los investigadores encontraron un patrón claro: caminar rápido durante al menos 15 minutos diarios redujo en un 20% el riesgo de muerte por cualquier causa.
En cambio, caminar de forma lenta durante más de tres horas al día mostró apenas una reducción del 4% en la mortalidad. Este hallazgo permite observar que no solo importa la duración del ejercicio, sino la intensidad con que se realiza. Además, los beneficios de caminar a mayor velocidad se destacaron especialmente en la reducción de muertes relacionadas con problemas cardiovasculares, independientemente de otros niveles de actividad física.
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De todos modos, los expertos remarcan que cualquier tipo de caminata aporta beneficios. Incluso a paso lento, este hábito se asocia con mejoras en la salud. Aún así, cuando se busca potenciar los resultados, incrementar la velocidad del paso puede ser determinante. Según el Dr. Wei Zheng, autor principal del estudio, la clave está en entender que tan solo 15 minutos de caminata rápida al día pueden generar un impacto positivo comprobado en la salud a largo plazo.
El trabajo, publicado en la revista American Journal of Preventive Medicine, concluye que fomentar la caminata rápida es una estrategia eficaz y accesible para mejorar la calidad de vida.