Las 2 posturas de yoga para hacer cuando estás triste

Además de ejercitar el cuerpo, esta disciplina también ayuda a equilibrar la mente y las emociones. Estas asanas permiten estirar y desconectar.

Una de las mayores ventajas del yoga es que no solo ayuda a fortalecer, tonificar y elongar los músculos, sino que también equilibra la mente y las emociones. Muchas personas llegan a esta disciplina buscando un espacio de meditación y reflexión sobre todo tipo de sentimientos, incluida la tristeza.

Al poner el foco en el movimiento y la respiración conscientes, el yoga nos brinda la oportunidad de conectar con nosotros mismos y nuestras propias emociones. Se convierte en un trabajo introspectivo para saber qué estamos sintiendo y qué necesitamos para sentirnos en equilibrio y en paz.

Además, nos permite desconectarnos de los pensamientos que nos acompañan en nuestro día a día para calmarnos y relajarnos, lo que puede ser muy útil para complementar otras terapias. En particular, existen dos posturas o asanas que se recomienda hacer cuando estamos tristes.

Postura de la pinza sentada (Paschimottanasana)

Yoga, postura de la pinza sentada

Básicamente, consiste en una flexión hacia adelante que estira la espalda y masajea los músculos abdominales. Se parte de la posición sentada, con las piernas juntas y estiradas y los dedos de los pies apuntando hacia arriba. Luego hay que inhalar, levantar los brazos y, al exhalar, alargar la espalda todo lo que se pueda para apoyar el ombligo, el pecho y finalmente la cabeza sobre las piernas. Los hombros y el cuello deben estar relajados. Hay que sostener la posición por unas 10 respiraciones y volver vértebra por vértebra a la postura inicial.

Postura del guerrero 1 (Virabhdrasana 1)

yoga

Se parte de la posición de pie, y hay que separar las piernas tanto como se pueda con los dedos apuntando hacia adelante. Los brazos se estiran a la altura de los hombros, paralelos al suelo y con las palmas hacia abajo. Luego, se giran hacia arriba y se levantan los brazos hasta que estén en línea con las orejas. Al exhalar, hay que girar el torso y la pierna derecha 90 grados hacia la derecha, y el pie derecho unos 60 grados hacia la izquierda. La rodilla derecha se dobla para formar un ángulo recto y la cabeza se lleva hacia atrás.

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