El escenario electoral del país que lleva a muchas empresas a demorar decisiones pone a las automotrices ante una situación singular: pasarán de presionar para ingresar modelos importados que complementen la oferta a autorregularse y esperar, ante la incertidumbre sobre el acceso al tipo de cambio oficial para pagar las compras en el exterior.
Así surge de un informe difundido por la consultora Claves Información Competitiva, de Nelson Pérez Alonso. Es que para el sector rige un esquema en el cual las automotrices se deben financiar sus propias importaciones por seis meses, ya que el Banco Central libera las divisas a valor oficial 180 días después de la autorización. Un mecanismo engorroso para las marcas, que deben negociar con sus casas matrices o filiales los tiempos de pago a raíz de las trabas que rigen en el país. Para las piezas, son 45 días, aunque en las autorizaciones recientes se elevó hasta 30 días más, lo que derivó en la necesidad de que las propias automotrices financiaran a los autopartistas o pelearan nuevas condiciones de pago.
Más allá de que en la práctica los tiempos se alargaron de 180 días a más de 200, con el plazo de seis meses ocurre una situación particular: los dólares que las automotrices pidan para importar autos terminados hoy deberán liberarlos en el Gobierno que asuma el 10 de diciembre. Una situación excepcional que llevó a las marcas a pedir menos productos hasta que se aclare el panorama, en un mercado que ya tiene un amplio dominio de vehículos nacionales.
“En la industria automotriz hay muchas voces que coinciden en que el ‘modo’ elecciones en que se encuentra el país va a tener un impacto en el mercado y en las decisiones que tomen las empresas en materia de importación en los próximos meses”, menciona el informe coyuntural de Claves. Tras explicar el esquema de diferimientos para acceder a dólares al valor oficial, agrega: “Las importaciones de autos que se hagan a partir de junio y que deberán esperar ese plazo para cobrar los dólares al oficial, empezarían a caer cuando ya haya un nuevo Gobierno. Es decir, lo que autorice a importarse ahora, lo tendrá que pagar el próximo presidente”.
En ese escenario, esperan que pueda haber una flexibilización en la autorización de los permisos para importar. Pero aunque se liberen más cupos, las automotrices no los tomarían pese a esa posibilidad se había convertido en un ruego en los últimos años. El estudio menciona un “curioso giro”. “Mientras que, hasta hace poco, las terminales reclamaban mayor importación, ahora, en el caso de reducción del ‘cepo’ oficial, las automotrices se autorregularían a la espera de un panorama más claro”, expresa el texto.
La interminable disputa sobre la autorización de dólares para permitir la importación de autopartes marca la agenda de conflictos que sustenta la Industria automotriz. Los modelos nacionales superan hoy por hoy el 64 por ciento del mercado. Con respecto al mix de ventas los utilitarios superan a los vehículos con un 51% de participación.