Mercurio en Tauro: el planeta de la comunicación entra en el signo más terco y terrenal del zodíaco. Se vienen días donde la palabra pesa, las ideas se cocinan lento y los mensajes van directo al hueso. ¿Cómo afecta la comunicación este tránsito?.
El planeta de la comunicación entró en el signo más terco y terrenal del zodíaco. Se vienen días donde la palabra pesa, las ideas se cocinan lento y los mensajes van directo al hueso. Spoiler: no es momento para hablar sin pensar.
Mercurio en Tauro: el planeta de la comunicación entra en el signo más terco y terrenal del zodíaco. Se vienen días donde la palabra pesa, las ideas se cocinan lento y los mensajes van directo al hueso. ¿Cómo afecta la comunicación este tránsito?.
Mercurio, el planeta de la mente y el diálogo, acaba de entrar en el signo del toro, de tierra que va con paso firme, sin apuros y con palabras que pesan. Pero esta vez no viene solo: Venus, regente de Tauro, está en Aries, un signo impulsivo, directo y fogoso. Y ahí es donde la cosa se pone interesante. Porque sí, los mensajes tardan en llegar, las respuestas se hacen esperar y todo se digiere más lento… pero cuando llega, llega con fuerza. El pensamiento se vuelve concreto, las ideas necesitan cuerpo y sentido, y el diálogo, aunque pausado, tiene una chispa interna que puede arder en cualquier momento.
Es un momento donde las conversaciones pueden transformarse en declaraciones. Donde los silencios también dicen mucho. Donde una sola palabra bien dicha puede encender lo que parecía apagado. Este tránsito nos invita a hablar desde el deseo y no desde la urgencia. Y eso, en este mundo de mensajes express, puede ser un verdadero acto de revolución.
Cuando Mercurio entra en Tauro, lo mental se pone en modo slow, pero poderoso. Ya no hablamos para llenar silencios: decimos menos, pero decimos mejor. Las conversaciones van al grano, con una lógica clara y sin vueltas innecesarias:
Tip astrológico: evitá discusiones por terquedad. Este tránsito da más firmeza mental, sí, pero también puede ponernos cabezadura. Escuchar vale doble.