La exmodelo de la revista erótica Playboy Jenny McCarthy contó un insólito episodio cuando se llevó un objeto de la habitación del papa Francisco en medio de una visita al Vaticano.
Jenny McCarthy, ex esposa de Jim Carrey, recordó en un podcast cuando pudo ingresar a la habitación de Francisco, se distrajo y terminó con un objeto del Sumo Pontífice para su madre.
La exmodelo de la revista erótica Playboy Jenny McCarthy contó un insólito episodio cuando se llevó un objeto de la habitación del papa Francisco en medio de una visita al Vaticano.
La mujer, ex esposa de Jim Carrey y actual jueza del reality de canto The Masked Singer. relató en el podcast “Let’s Talk Off Camera con Kelly Ripa: "Robé una cruz del Vaticano y se la di a mi madre”.
Mc Carthy confesó a la presentadora del programa: “Mi madre me dijo: ‘¿Sabes? Esto no está bien". Sin embargo, se excusó diciendo que no fue ella directamente la que lo sustrajo sino que fue una amiga suya en un evento al que ambas asistieron en la sede central de la Iglesia Católica.
“Me invitaron (al Vaticano) cuando estaba en Italia, estaba allí para una fiesta de anteojos o algo así, y me dijeron: ‘¿Quieres ir a conocer al Papa? En realidad, el Papa no está en la ciudad, pero podemos ir a su apartamento’. Yo les dije: ‘¿Qué?’ Así que fuimos, literalmente a medianoche entramos en la parte trasera del Vaticano y entré en su apartamento y en sus pasillos", narró la exmodelo.
Por si esto fuera poco, se probó parte del atuendo que usa el sumo pontífice: “Me probé su sombrero. Fue una locura”, Y contó que, más tarde, se enteró de que se habían llevado algo. “Es toda una historia, pero mi amiga vino conmigo y cuando llegué a casa, a la habitación del hotel, me dijo: ‘Sé que tu madre quiere tanto al Papa, así que le robé algo para ella’".
La joven destacó que su mamá todavía tiene la cruz colgada en su pared, lo que calificó de "increíble". Para terminar la anécdota apuntó al patrimonio valioso que tienen en Roma: “Déjame decirte una cosa, el apartamento del Papa, entras por la primera puerta y todo lo que puedo pensar es que en el pasillo están estos querubines tallados en piedra en el techo llenos de oro. Yo digo, simplemente necesitamos sacar un pedazo del brazo y podríamos alimentar a todo un país”