Un beatle hizo cantar a más de 80 mil personas en el Planetario

Ringo Starr tocó este domingo por la noche ante 80 mil personas en Palermo. El show tambièn se vio en vivo por la web

Nunca el telescopio Schmidt-Cassegrain de 305 mm, el más potente del Planetario de Buenos Aires, también conocido como "el azul", vio una estrella tan, pero tan de cerca. Ringo Starr se presentó junto a su All Starr Band en el Movistar Free Music, que además fue vista por más de 250 mil personas vía streaming.

Si bien el reflejo del ex beatle encandiló y se llevó todas las miradas, como los planetas alrededor del sol, en el escenario orbitaron junto a Ringo los integrantes de su All Starr Band, cuerpos con brillo propio, muy a la altura de las circunstancias:



Steve Lukather (guitarra y voz), un ex Toto, Gregg Rolie (órgano, teclados y voz), ex Santana, Todd Rundgren (guitarra, bajo, percusión, armónica, teclados y voz), ex Nazz, Utopia y The New Cars, Richard Page (bajo, guitarra acústica y voz), ex Mr. Mister, Warren Ham (saxofón, percusión, teclados y voz), ex Bloodrock y AD y Gregg Bissonette (baterista, percusión, y coros), ex David Lee Roth (Van Halen).

Como los "NBA All Stars" del básquet se dan la pelota unos a otros sin mirarse, tras una finta, pasársela entre las piernas y hacer un giro, para luego encestar, esta "All Starr Band" cambió instrumentos, se turnó en la voces y equilibró el protagonismo de tal forma que a nadie le cabió la menor duda de que había un equipo en escena.

Catupecu Machu fue la banda que precedió a "la leyenda", como sus propios músicos de la All Starr Band, llamaron al ex beatle sobre el escenario. El público aplaudió a la banda de Fernando Ruíz Díaz que puso a saltar al público con: "El Grito Después", "Confusión", "Metrópolis", "Cuadros", "Persiana", "A Veces", "Magia" y "Lo que quiero", en lo que fue la previa al hombre más esperado de la noche.

Durante la tarde se turnaron en ese lugar Onda Vaga, Durabeat y Ella es Tan Cargosa, entre los locales que le pusieron música a la previa. Con motivo del despliegue de la tecnología 4G, el historietista Ricardo Liniers hizo dibujos e intervenciones en el predio, mientras que la cocinera Narda Lepes preparó platos exclusivos. En el 2do escenario además hubo una inesperada sorpresa: Charly García y David Lebon tocaron juntos, dos ex Serú Girán, grupo alguna vez llamado cariñosamente "los Beatles argentinos".

Ringo fue el frontman que todos esperaban y también supo ser sólo el baterista de su banda de estrellas, cuando el protagonismo pasó por otros lados. El grupo tocó 24 temas, clásicos del rock que pusieron nostálgico a más de uno, intercalados con las dosis justas de los temas del beatle, cantados a los gritos como himnos en la noche palermitana.

"Y ahora un tema de un grupo en el que estuve..." decía Starr para hacer estallar a todos los presentes, y rematar con un: "...Rory Storm and the Hurricanes", su banda anterior a los Beatles. Claro que todo se trataba de una broma y acto seguido hacía sonar "Boys", una de las primeras canciones que le tocó cantar junto a John Lennon, Paul McCartney y George Harrison.

Una mujer robusta, de unos 60 años, baila agitando un pañuelo, saltando en el lugar con la vista clavada en Starr que desde la batería entona "Honey Don´t" y ella en transe la entona con él. A la mujer no le importa que la miren y nadie tampoco la está mirando. El foco de todos está puesto en el beatle que detrás de los palillos, canta los mismos temas que hace 50 años cantaba junto a la banda más grande de la historia del rock: "Don´t pass me by", "Act naturally" o sus himnos personales "Yellow Submarine" y "With a little help from my friends".

Ringo mueve la cabeza de lado a lado, y aunque a los 74 años ya no tenga el mismo flequillo que a los 18, las imágenes en blanco y negro vienen solas. Uno se da cuenta que está viendo a la misma persona, hacer los mismos movimientos que le vio hacer hasta el cansancio en videos de YouTube, DVDs o VHSs, según la contemporaneidad, porque el público es de todas las edades.

"Sólo eran falsas las circunstancias, la hora y uno o dos nombres propios", dice Jorge Luis Borges al final de uno de sus cuentos más famosos, "Emma Zunz". Un final que puede caberle a la noche de más de un fanático que entornando los ojos, soñó estar viendo a los Beatles. Porque no era el London Palladium de Londres, ni el Shea Stadium de Nueva York, era el MoviStar Free Music y era Buenos Aires, no eran Lennon, McCartney y Harrison los que lo acompañaban, pero con Starr sentado en su batería, bien podrían haber sido.

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