La jueza estadounidense Loretta Preska falló de manera parcial en el litigio por los Cupones PBI, en una causa iniciada por fondos buitre y el fiduciario de los títulos.
La magistrada le dio la razón a la Argentina en tres aspectos centrales: descartó las demandas de los fondos por no cumplir con los requisitos contractuales, rechazó el planteo de mala fe tras el recálculo del INDEC y consideró prescriptos los reclamos de 2014 a 2016.
Sin embargo, dejó vigente una discusión: no aceptó el pedido de desestimar de plano las denuncias posteriores a 2016. Si bien sostuvo que no están en duda los números oficiales, aclaró que será un juicio el que determine si esos cálculos se ajustan a las condiciones del contrato.
El Cupón PBI fue creado en 2005 como parte del canje de deuda tras el default de 2001 y paga rendimientos adicionales solo si la economía supera un umbral de crecimiento.
El conflicto judicial surgió cuando un grupo de acreedores acusó a la Argentina de manipular los datos de 2013 para evitar un desembolso, lo que abrió la puerta a un extenso litigio en Nueva York.