El arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva, advirtió este sábado en Santiago del Estero que "la Argentina sangra y necesita sanar heridas", durante el traslado de la "Sede Primada" de la Iglesia argentina a esa ciudad, ordenado por el papa Francisco.
"La Argentina nos duele hace años, la Argentina sangra y necesitamos sanar heridas. Por favor, Señor, danos otra oportunidad", expresó García Cuerva, acompañado por unos 40 obispos.
El arzobispo porteño se refirió a la grieta que divide a la sociedad y los enfrentamientos entre diferentes espacios políticos al señalar los "prejuicios e intolerancias, rencores y egoísmos, miedos y enfrentamientos".
"Así como existen los tapones de cera, que para sacarlos la cultura popular recomienda el uso de cucuruchos de papel, también podemos tener tapones ideológicos, que nos hacen intolerantes", comparó García Cuerva.
"Tapones de soberbia intelectual que nos hacen dueños de la verdad que opinan de todos los temas; tapones del relato, porque nos construimos nuestra propia realidad dando respuestas a preguntas que nadie se hace", agregó.
También pidió escuchar "el clamor de los enfermos y los abuelos que están solos, y que no les alcanza para sus remedios" y "el dolor de las lágrimas de los hermanos migrantes alejados de su tierra y sus afectos; que también podamos escuchar a tantos niños que en sus ojos tristes denuncian silenciosamente hambre y maltrato".
"Curanos, Señor, de la sordera que no nos deja escuchar el grito silencioso de los adolescentes y jóvenes esclavizados por la droga, víctimas del narcotráfico, ese gran negocio de los mercaderes de la muerte", concluyó García Cuerva.