"Esto es una maratón, hay que seguir", el mensaje de Alberto Fernández a sus ministros

La Casa Rosada fue testigo de una una reunión de Gabinete luego de seis meses y en medio de la interna en el oficialismo.

La Casa Rosada volvió a ser parte de un encuentro de gran volumen político: este miércoles, y tras seis meses de la última reunión de Gabinete, cada uno de los ministros (excepto quienes se ausentaron con aviso previo) volvieron a juntarse alrededor de una misma mesa para contar de primera mano cómo viene el trabajo de sus respectivas carteras.

El encuentro se produjo en marco de la desconfianza interna, que pareciera no tener fin, con declaraciones que van y que vienen dentro del mismo espacio de gobierno. “Esto es una maratón, hay que seguir”, le expresó el presidente Alberto Fernández a su círculo y también les aseguró que no habrá cambio de ministros.

Con ese clima, los ministros llevaron adelante el convite que, aseguran, se realizará cada quince días para retomar la dinámica que tenía Juan Manzur ni bien puso un pie en la Casa de Gobierno.

Quienes primero hablaron fueron los ministros “cuestionados” en las últimas horas por algunos sectores del Frente de Todos: Martín Guzmán, Claudio Moroni y Matías Kulfas tomaron la posta del inicio. El ministro de Economía aseguró que el crecimiento de este año será mayor al esperado y que tanto la macro como la micro están “muy bien”. Además, les trasmitió a sus pares que el año que viene, será decisivo el poder exportar gas y litio: “Va a cambiar fuertemente la economía”.

En cuanto a la inflación, Guzmán les informó a los asistentes que “lo peor ya pasó” y que el número irá bajando mes a mes. Lo que sí les dejó en claro a cada uno es cómo el “ruido político influye negativamente en los números inflacionarios” y les aseguró que “así no podemos dar certidumbre”.

Sobre el final, quien tomó la palabra fue el jefe de Gabinete, Juan Manzur, y marcó la cancha sin dar vueltas: “Este es un gran gobierno. Hay que defenderlo, tenemos que trabajar en equipo, de manera coordinada para que nada nos detenga y al que no le gusta, que se vaya”. Ninguno de los presentes rebatió y cada uno fue saliendo del Salón Eva Perón esperando un nuevo llamando en dos semanas.

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