En tiempo de negacionismo hay que reivindicar el pacto democrático

El 30 de octubre se cumplieron 40 años de recuperación democrática y el inicio en las políticas de Memoria, Verdad y Justicia. Pero además, surgió la teoría de los dos demonios, justificando la violencia institucional a través del terrorismo de Estado.

El 30 de octubre se cumplieron 40 años de la recuperación democrática cuando Raúl Alfonsín fue electo por una amplia mayoría como presidente de la Nación. Habían transcurrido siete años desde el inicio de la última dictadura cívico militar del 24 de marzo de 1976.

La recuperación democrática implicó el comienzo de la política de Memoria, Verdad y Justicia con el juzgamiento de quienes fueran responsables en las Fuerzas Armadas de esa dictadura cívico-militar. Pero además, surgió también lo que se llamó la teoría de los dos demonios, justificando la violencia institucional a través del terrorismo de Estado y equiparándola con la violencia política.

Las Fuerzas Armadas no fueron las únicos responsables sino el brazo ejecutor de la última dictadura cívico-militar, que tuvo sus expresiones también en las dictaduras latinoamericanas. Se instaló un modelo de valorización financiera que destruyó la economía nacional. Por lo tanto los verdaderos beneficiarios del terrorismo de Estado fueron los grupos económicos y las grandes empresas.

La dictadura cívico-militar terminó en 1983 con números nefastos. Se destruyeron 20.000 pymes, tuvimos un 300% de inflación promedio anual, se estatizó la deuda pública, la deuda externa ascendió desde aproximadamente 7.000 millones de dólares a 45.000 millones de dólares; es decir que la deuda que dejó también la dictadura fue la gran brecha y desigualdad social entre los que más tenían y los que menos tenían.

Por eso, la deuda de la democracia también es social, hoy en día en tiempos de negacionismo tenemos que reivindicar el consenso democrático que adquirimos 40 años atrás.

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