Kyle Rittenhouse fue declarado no culpable tras ser acusado de matar a dos personas durante los disturbios raciales en Wisconsin, Estados Unidos, en agosto de 2020. El hecho se produjo durante los disturbios en Kenosha luego de que un policía disparara por la espalda al afroamericano Jacob Blake, que quedó parapléjico.
El joven abrió fuego en medio de los enfrentamientos entre grupos de civiles armados y manifestantes del movimiento Black Lives Matter, aunque el acusado se defendió ante la corte expresando que actuó en defensa propia cuando disparó contra tres manifestantes, dos de los cuales fallecieron. "No quería matar a nadie, pretendía detener a la gente que me estaba atacando", declaró Rittenhouse en respuesta a una pregunta del fiscal Thomas Binger durante el juicio.
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La Fiscalía trató de demostrar que el acto de Rittenhouse constituyó un homicidio y lo etiquetó como un "justiciero adolescente" que viajó de Illinois a Kenosha con un rifle semiautomático AR-15 para unirse a otras personas armadas que actuaban como guardianes de los comercios locales. A cambio, contó con el apoyo del por entonces presidente Donald Trump, de quien era simpatizante Rittenhouse.
La Corte de Circuito del condado de Kenosha lo declaró inocente de los cinco cargos, entre los que figuran homicidio intencionado en primer grado e intento de homicidio intencionado en primer grado. Tras este veredicto existe el temor de que generen enfrentamientos en Kenosha.