Qué es mejor en invierno: ¿bañarse con agua caliente o agua tibia? Te contamos sobre los efectos de la ducha en la piel, la circulación y el sistema inmune durante los meses fríos.
El tipo de agua que elegís en tu ducha invernal puede influir en tu circulación, tu piel y hasta en tu estado de ánimo. ¿Conviene el calor extremo o una tibieza controlada?. La respuesta puede sorprenderte.
Qué es mejor en invierno: ¿bañarse con agua caliente o agua tibia? Te contamos sobre los efectos de la ducha en la piel, la circulación y el sistema inmune durante los meses fríos.
Cuando bajan las temperaturas, un baño cálido puede sentirse como un refugio. Pero, ¿realmente es lo mejor para el cuerpo? Según dermatólogos y expertos en salud, la temperatura del agua con la que te bañas en época invernal puede influir directamente en tu cuerpo, tu flujo sanguíneo y tus defensas naturales.
En días grises o muy helados, un lavado corporal puede ser un pequeño acto de autocuidado. Elegir un jabón con aroma agradable, masajear el cuero cabelludo o simplemente darte un momento a solas puede mejorar tu ánimo. Durante la estación fría, la piel tiende a resecarse. Una ducha corta con agua no muy caliente, seguida de una buena hidratación, ayuda a mantener la barrera cutánea sana y evita descamaciones o picazón.
Los especialistas coinciden: la mejor opción en invierno es una ducha tibia, que no supere los 37°C. Lo ideal es mantenerla corta (5 a 10 minutos) y aplicar una crema hidratante al salir. Así, se evita la sequedad de la piel sin renunciar al confort térmico.