Cuando las bajas temperaturas comienzan a sentirse con fuerza, surge la duda habitual sobre cuál es la mejor manera de vestirse para mantenerse cálido y cómodo. La decisión entre usar muchas capas de ropa o apostar por una sola prenda muy abrigada genera debates y diferentes recomendaciones de expertos en salud y bienestar.
Cada estrategia para combatir el frío tiene sus ventajas y desventajas, y su efectividad puede variar según el tipo de actividad, el lugar y la sensibilidad individual al frío. En medio de estas consideraciones, diferentes fuentes y especialistas brindan consejos útiles para decidir qué tipo de abrigo elegir según las circunstancias y las necesidades personales.
Qué es mejor para el frío: tener mucha ropa o pocas prendas pero abrigadas
Para enfrentar el invierno sin sufrir con el frío ni incomodarte al entrar a espacios calefaccionados, lo ideal es vestirse en capas. En lugar de una prenda gruesa, usar varias capas delgadas permite regular el abrigo según el clima y las actividades del día.
¿Cómo aplicar la técnica de las capas?
- Capa base: la prenda que va en contacto con la piel debe ser térmica, como lana o poliéster, para ayudar a retener el calor.
- Capa intermedia: sumar un abrigo como un buzo, suéter o campera de plumas que aporte aislamiento extra.
- Capa exterior: usar ropa que proteja del viento y la lluvia, como una campera impermeable o cortaviento.
¿Qué materiales elegir?
- Las telas sintéticas (poliéster, nylon) son buenas para conservar el calor, especialmente cuando están diseñadas con tecnología térmica.
- Los tejidos naturales como la lana o el algodón también ayudan a mantener la temperatura corporal.
Con esta técnica, vas a poder moverte con comodidad en espacios fríos y cálidos, evitando los cambios bruscos de temperatura y protegiéndote mejor en los días de invierno.