El azúcar forma parte de nuestra alimentación diaria y aporta un sabor inconfundible en muchas preparaciones. Sin embargo, consumirla en exceso, especialmente en su versión refinada o procesada, se asocia con el desarrollo de enfermedades como el sobrepeso, la diabetes y los problemas cardíacos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la dosis diaria recomendada de azúcar para una persona adulta es de 50 gramos, que corresponden al 10% de una dieta de 2000 calorías al día. Un buen método para evitar excederse es reemplazar el azúcar blanca por otros endulzantes naturales o artificiales.
Los más conocidos son la stevia, la miel y los edulcorantes que se venden en cualquier supermercado. Aunque son bajos en calorías, tienen la desventaja de presentar un sabor metálico o bastante distintivo. Sin embargo, existe un endulzante energético de gusto muy similar al azúcar y que, además, es antioxidante.
El endulzante que es igual de dulce que el azúcar
El azúcar mascabo (también conocido como azúcar mascabado) ha ganado popularidad como reemplazo del azúcar refinada porque tiene un sabor muy parecido, puede usarse en las mismas preparaciones y tiene un alto contenido de minerales, carbohidratos y antioxidantes.
A diferencia del azúcar blanco, esta variedad no está refinada: se obtiene a partir del jugo de la caña de azúcar, que se deja evaporar hasta conseguir un residuo seco que se muele para hacer el azúcar mascabo. Además, contiene vitaminas del complejo B y minerales como el potasio, magnesio, hierro y calcio.
La manera recomendada de consumir este endulzante
Como se presenta en forma granulada, el azúcar mascabo se puede utilizar de la misma manera que el azúcar blanca. Sirve para endulzar infusiones, bebidas frías, licuados, yogures y cereales; también se puede utilizar en repostería para preparar budines, tortas, galletitas y todo tipo de recetas que impliquen cocción, como salsas, postres o caramelizados.