La calificadora de riesgo Moody's subió el jueves la calificación soberana de Argentina por segunda vez en el año, a "Caa1" desde "Caa3", porque consideró que las reformas económicas y un nuevo programa del FMI fortalecieron la liquidez y aliviaron las presiones financieras externas.
Moody's Ratings anunció la mejora de las calificaciones de emisor en moneda extranjera y local de Argentina para reflejar importantes cambios en la política económica. La perspectiva se ajustó a "estable" desde "positiva", indicando una evaluación equilibrada de riesgos en medio de reformas en curso.
“La suba refleja nuestra visión de que la amplia liberación de los controles cambiarios y, en menor medida, de capital, junto con un nuevo programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI), respaldan la disponibilidad de liquidez en divisas y alivian la presión sobre las finanzas externas. Esto reduce la probabilidad de un evento crediticio”, explicaron desde Moody´s.
Se trata, de todas formas, de la 17° peor marca que puede tener un país en la escala de calificaciones de Moody's. El próximo escalón sería el de “B3”, mientras que para que los títulos argentinos dejen de ser vistos como “especulativos” o “basura”, como se suele referir en el mercado a títulos de alto riesgo, la nota argentina debería trepar siete escalones más hasta Baa3.
El nuevo acuerdo con el FMI –que prevé u$s20.000 millones de desembolsos en cuatro años– fue otro factor clave para la suba de la calificación. Moody’s remarcó que, a diferencia de programas anteriores, los fondos no serán utilizados para financiar déficit fiscal, sino para sostener la balanza de pagos. A esto se suman u$s6.100 millones de bancos multilaterales que también engrosarán las reservas.
Sin embargo, la calificadora subrayó que la debilidad de las reservas externas y los impedimentos estructurales para la inversión son todavía desafíos para la estabilidad externa y limitan el perfil crediticio soberano en el nivel de calificación Caa1.
Moody’s destacó que “la transición gradual hacia una cuenta de capital más abierta y la continua liberalización de controles cambiarios es un paso inicial hacia la sostenibilidad de pagos externos”. También subrayó que el proceso de desinflación, impulsado por un cambio contundente en la política fiscal y macroeconómica, junto con reformas estructurales que eliminan distorsiones y atraen inversión real, respaldan el objetivo del programa del FMI de lograr una balanza de pagos sostenible en el mediano plazo.
El informe de la calificadora de riesgo Moody's