Cuando tenía apenas 13 años, Lionel Messi estaba en tratativas para pasar de Newell's al Barcelona de España y cambiar para siempre la historia del fútbol mundial. Su primer contrato simbólico se firmó en una servilleta que en el último tiempo fue subastada por una cifra millonaria.
Apodada como la “servilleta más famosa del mundo”, esta pieza se subastó en la casa Bonhams y un fanático coleccionista desembolsó 762 mil libras esterlinas (más de 967 mil dólares). Sin dudas es un objeto que vale muchísimo más, porque allí se empezó a escribir una de las historias más grandes del fútbol mundial.
Esos meses fueron de tensión e incertidumbre para la familia Messi, que sospechaba si Barcelona finalmente se decidiera o no a enviar los boletos para que el joven argentino dejara las divisiones juveniles de Newell's para unirse a las filas del club azulgrana en el año 2001. En febrero de ese mismo año, los Messi viajaron a España y se establecieron en tierras catalanas, aguardando por los permisos legales y el traslado oficial para unirse a La Masía.
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La servilleta donde se firmó el primer contrato simbólico de Messi en el Barcelona.
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La historia de Lionel Messi, la servilleta y Barcelona
Corría el año 2001 y un Messi de tan solo 13 años se preparaba para dejar su Rosario natal y el club de sus amores, Newell's, para descubrir un nuevo romance en España, con el Barcelona. Fabián Soldini, uno de los primeros representantes que tuvo Leo, contó que en ese entonces había cierto temor de que el fichaje se cayera.
Por la parte del jugador, querían que les aseguraran que iba a tener lugar en la institución ya que fueron meses duros de espera para que se diera y la vida en España no era fácil, ya que solo estaba Leo con su padre Jorge, porque el resto de la familia se volvió a Rosario tras no haberse acostumbrado al ritmo de vida en Catalunya.
Fue entonces que a la hora de confirmarse que finalmente el chico argentino sería jugador del club español, Carles Rexach, director deportivo del Barcelona, escribió en una servilleta de papel el contrato informal donde quedarían las firmas y los lazos se unirían para siempre.
Durante la celebración del fichaje real, se estipuló en el contrato propuesto por Josep María Minguella (asesor del Barcelona) un salario de 4.000 dólares por mes, más coche y un departamento.