La ola de calor en nueve provincias del país llegó a Santa Fe y transformó a la Laguna de Paiva, un tradicional balneario con un importante cauce de agua, prácticamente en un desierto.
El intendente de Paiva, Elvio Cotterli, sostuvo que "el espejo de agua se vio afectado en 2018 por la sequía, pero conservó un caudal importante de agua, diferente a lo que ocurrió este verano en el que prácticamente se transformó en un desierto", según señaló a medios locales.
Las autoridades municipales están haciendo el mantenimiento del borde de la laguna, asisten a las viviendas de los lugareños y adelantaron que "las modificaciones en el paraje llevarán más de un año para volver a su estado anterior". Actualmente el humedal se encuentra seco y agrietado.
El lugar, situado 40 kilómetros al norte de Santa Fe y que da nombre a la ciudad, tenía una muralla que contenía el agua de la laguna y que se utilizaba como balneario pero la falta de mantenimiento en los últimos años hizo que la obra se horadara. Las altas temperaturas, que superaron los 46° de sensación térmica este miércoles, según el Servicio Meteorológico Nacional, hacen más difícil la vuelta al espejo de agua dulce.
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