Cuáles son las dos historias que cambiaron por completo la planificación de la NASA para recuperar a los astronautas varados en el espacio

La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio atravesó a lo largo de su historia varios momentos trágicos que sirvieron para tomar una mayor precaución a la hora de pensar el retorno a la Tierra de la cápsula Starliner averiada.

Recientemente, la agencia espacial estadounidense se enfrentó a una nueva crisis cuando la cápsula Starliner de Boeing presentó fallas durante su viaje a la Estación Espacial Internacional (EEI), complicando el retorno seguro de los astronautas a la Tierra. Este incidente les recordó errores cometidos en el pasado que buscan evitar.

Las explosiones de los transbordadores espaciales Challenger y Columbia son algunos de los ejemplos que muestran la importancia de revisar y mejorar continuamente las estrategias a la hora de pensar cómo van a volver a la Tierra los astronautas. Estos accidentes fueron cruciales para evitar un tercer error fatal con la tripulación del Starliner. A raíz de esto, los directivos de la NASA tomaron decisiones basadas en las lecciones aprendidas de estas tragedias.

Challenger

Qué tragedias sucedieron para que la NASA cambie el plan de recuperación de los astronautas varados

El primero de los eventos que impactó profundamente la estrategia de la NASA fue el accidente del transbordador Challenger en 1986. Durante la misión STS-51-L, este explotó solo 73 segundos después de su lanzamiento debido a un fallo en la junta de los anillos del tanque de combustible externo. Los siete tripulantes a bordo murieron en la explosión, y la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio fue fuertemente criticada por no haber atendido adecuadamente las preocupaciones de los ingenieros que advirtieron sobre el problema antes del lanzamiento. Esta tragedia no solo cambió la percepción pública sobre la seguridad espacial, sino que también obligó a la agencia espacial estadounidense a revisar sus procedimientos de recuperación y mantenimiento de naves.

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El segundo gran desastre ocurrió en 2003, cuando el transbordador espacial Columbia se desintegró al reingresar a la atmósfera de la Tierra. Durante el lanzamiento de la misión STS-107, un pedazo de espuma de aislamiento golpeó el ala izquierda del transbordador, causando un daño que fue ignorado por algunos ingenieros que sospecharon la gravedad del impacto. El resultado fue fatal ya que los gases atmosféricos calientes penetraron la estructura interna del ala durante el reingreso, destruyendo el Columbia y provocando la muerte de los siete astronautas a bordo. Esta tragedia llevó a la NASA a reconsiderar su enfoque en la seguridad y a modificar sus políticas sobre la gestión de riesgos en misiones espaciales.

Columbia

Con el paso del tiempo, la NASA aprendió a no subestimar los problemas técnicos y a escuchar más atentamente a sus ingenieros. Esto se hizo evidente en su manejo de la reciente misión del Starliner, donde se detectaron fugas de helio y fallos en los propulsores. A pesar de las fuertes discusiones entre los directivos de Boeing y la agencia espacial estadounidense, esta última decidió no arriesgar la vida de los astronautas y prefirió mantenerlos en el espacio hasta encontrar una solución segura para su regreso.

En declaraciones ante la prensa cuando le preguntaron al administrador de la NASA, Bill Nelson sobre si los accidentes del Challenger y del Columbia influyeron en su decisión personal para que los astronautas sigan en el espacio y finalmente regresen en una cápsula de SpaceX, este declaró: “Esto ha afectado a la decisión que hoy ha tomado este grupo colectivo y todos los que participaron en la Revisión de la preparación para las pruebas de vuelo. Se trata de intentar cambiar la cultura que primero llevó a la pérdida del Challenger y luego a la pérdida del Columbia, donde no se estaban señalando los errores obvios”. Además, agregó “Desde entonces, la NASA ha trabajado mucho para crear una atmósfera en la que se anime a la gente a dar un paso adelante y decir lo que piensa, y creo que hoy es un buen ejemplo de ello”.

nave Starliner Butch Wilmore y Suni Williams

Finalmente, el 7 de septiembre, la cápsula Starliner de Boeing aterrizó sin tripulantes y con ayuda de tres paracaídas en el desierto de White Sand, en Nuevo México (EEUU), después de un viaje de seis horas, luego de haberse desacoplado el viernes de la EEI, a la que llegó en junio pasado.

Los astronautas que se encuentran varados desde el primer intento fallido de volver a la Tierra, deberán esperar a febrero para retornar cuando culmine la misión espacial Crew-9 de SpaceX, la cual volará en las próximas semanas con dos astronautas y dos asientos libres.

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