Maradona vs Nannis - Caniggia: Del amor al odio; la leyenda continúa

Diego y Mariana Nannis revalidan sus odios mutuos al volver a encontrarse en nuestro país. Se cruzaron en un estreno y ni se saludaron. Solo Claudio Paul los une; sino se matarían.

Diego Armando Maradona y Mariana Nannis volvieron a cruzarse esta semana para poder ratificar su odio mutuo.

Fue en el estreno de Stravaganza, la obra de Flavio Mendoza que ya es sensación, este miercoles de noche. Maradona y su novia, Verónica Ojeda, se senatron -como no podía ser de otra manera- enla fila 10 de la platea del Broadway.

Según contó el sitio Parte del Show, en la fila de atrás se ubicó Mariana Nannis y todo su séquito y jamás cruzó miradas con Diego, el amigo de su marido Claudio Paul Caniggia, y mucho menos se acercó a saludarlo.

Maradona y Nannis coinciden en la Argentina por estos días, cuando la botinera madre vive un inusitado "volver a vivir" gracias a la fama de sus hijos Charlotte y Alexander en el programa de Marcelo TInelli.

Los odios entre ambos son viejos y conocidos pero se reavivan mediáticamente.

En los 90 las declaraciones de Nannis sobre los Maradona eran lapidarias, sobre todo las referidas a Claudia Villafañe: "Ellos comen con cubiertos de plástico" dijo al referirse a la ex mujer de Diego como una "grasa". En el mundial de Italia 90 cuando el 10 y el Pájaro brillaban juntos, Nannis se iba por su lado lejos de las esposas del resto de los jugadores de la Selección.

La madre de Charlotte detestaba a Diego por las malas juntas que le significaban a su marido estar cerca de él. Los famosos "piquitos" entre Claudio Paul y Maradona los detestaba. Desde allí viene este odio interminable que hoy  prende fuego mediático de nuevo.

"No voy a hablar mal de la mujer de un amigo, pero al menos mis hijas saben en qué continente está la Argentina", dijo Maradona abordado por la prensa esta semana. Se mordió los labios para no explayarse. Diego no puede creer que esta mujer otra vez esté en lo más alto de la picota y que todos corran detrás suyo.

Los códigos de amistad entre Maradona y Caniggia son indestructibles, pero la vieja guerra con su mujer no se olvida, ni se detiene.
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