La doble vara de Juntos por el Cambio a la hora de sentir vergüenza 

El plenario de legisladores europeos y latinoamericanos que se llevó a cabo esta semana en Buenos Aires tuvo un par de condimentos que hicieron que no pase desapercibido.

Por un lado, era el primero que se desarrollaba de modo presencial desde el comienzo de la pandemia de coronavirus que asoló al planeta; por otro, la guerra en Ucrania otorga a cualquier encuentro multilateral de países una trascendencia marcada por el conflicto: los pronunciamientos que surjan de estos foros pueden tener una significación diferente a la de tiempos de paz.

Pero desde ya que lo que más expectativas generó a priori para la política doméstica fue la participación de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kichner como oradora en la apertura del encuentro.

Cualquier discurso de Cristina es trascendente por el volumen político que contiene pero desde que la interna en el Gobierno tiene estado público, cada aparición suya está revestida con el peso de lo que pueda decir en función del conflicto. Y esta vez no fue la excepción.

En su alocución dos pasajes fueron los que más se prestaron a ser interpretados como dardos palaciegos: la idea que esbozó de que la desigualdad no es un fenómeno natural sino consecuencia de decisiones políticas (o de la falta de ellas) y la sentencia acerca de que la banda y bastón presidenciales no otorgan necesariamente poder.

En el mismo entorno de la expresidenta se apresuraron a aclarar que está última no había sido una alusión al presidente Alberto Fernández sino una reflexión acerca de las características del poder real que Cristina Fernández habría hecho en otras oportunidades.

Pero por supuesto, más allá del intento de morigerar el alcance de sus palabras, no había modo de evitar que fueran utilizadas por la oposición de derecha. Y esta vez, el mecanismo fue novedoso o al menos fue más sofisticado de lo habitual. La Mesa Nacional de Juntos por el Cambio publicó un texto de tres párrafos condenando la utilización de un foro internacional para dirimir política doméstica y pidiendo disculpas a los legisladores europeos por lo que ellos consideran es una situación vergonzosa.

Comunicado Juntos por el Cambio por plenario de eurodiputados abril 2022

Las disculpas estaban relacionadas con un planteo de eurodiputados del Partido Popular español y un tuit de un legislador de italiano que habían pasado desapercibidos hasta ese momento. Lo llamativo es que estos representantes del Viejo Continente se habían reunido antes con dirigentes del PRO. Tanto Horacio Rodríguez Larreta como Patricia Bullrich difundieron estos encuentros por las redes sociales.

La pregunta que subyace es si fue efectivamente Cristina Fernández quien ventiló cuestiones domésticas en la EuroLat o fueron los dirigentes de Juntos por el Cambio con ayuda de sus aliados europeos los que lo hicieron. Siempre es importante recordar la relación entre Mauricio Macri y José María Aznar. El expresidente argentino lo considera un mentor y alguna vez hasta prestó las instalaciones de la Legislatura porteña para un acto de la Fundación Campus FAES que preside el ex mandatario español.

Otro episodio que también enturbió las repercusiones del encuentro entre legisladores de Europa y América Latina fue una fake news. Varios medios vinculados a la derecha difundieron el jueves que había fracasado un intento de condena a Rusia por su guerra contra Ucrania por la oposición de legisladores kirchneristas. El episodio, según fuentes consultadas por C5N.com, fue completamente diferente: se presentaron cuatro textos condenando la guerra. Entre ellos uno presentado por los europeos obtuvo todos los votos de los representantes de ese continente y otro, elaborado por los latinoamericanos, contó con la anuencia de quienes pertenecen a esta región. Como ninguno tuvo mayoría no pudo difundirse como documento común. Más allá de que había diferencias entre uno y otro, de ningún modo éstas permitirían concluir que un sector de los votantes se negó a repudiar el conflicto.

A lo que no hicieron referencia ni los medios ni los dirigentes de la derecha es a algo verdaderamente vergonzante. Entre los 15 representantes del Parlasur que participaron del encuentro en Buenos Aires no estaba Fabián “Pepín” Rodríguez Simón. El otrora máximo operador de la Justicia macrista se mantiene prófugo en el Uruguay a pesar de que su libertad no corría riesgo en las causas que se le siguen en la Argentina. Cuentan que, mientras va de su departamento de Punta del Este a lujosos hoteles en Montevideo, está escribiendo un libro con resonancias a la poesía de Atahualpa Yupanqui: se llamaría El perseguido. Más allá de las licencias literarias que en el macrismo siempre han convertido a feroces perseguidores en supuestas presas, su ausencia en un foro internacional sí significó una vergüenza para nuestro país que pocos mencionaron.