El cónclave de los obispos que define el regreso del Papa

Más de un centenar de gobernadores de Dios se reúnen para elegir nueva conducción. El desafío es concretar el regreso de Jorge Mario Bergoglio.

La tercera es la vencida. No ocurrió con Arancedo, ni Ojea, presidiendo la Conferencia Episcopal Argentina (CEA). ¿Tendremos regreso con el tercer nuevo presidente de los obispos argentinos en la Era Francisco?

El cónclave de los obispos católicos argentinos, es decir los gobernadores de la religión más antigua, masiva y extendida de la Argentina, inicia este lunes 11, por la tarde, para definir una nueva conducción, que muchos sueñan sea la encargada de organizar el tan ansiado regreso del Papa Francisco a su patria.

De las distintas regiones del país irán llegando a Buenos Aires, por la mañana, la mayoría en avión. Un grupo se concentra en la sede de la CEA de la calle semipeatonal Suipacha a metros de avenida Santa Fe. Los obispos patagónicos tienen previsto reunirse primero en la sede de su seminario, de la calle San Nicolás 4451, en el barrio de Devoto. En total 130 obispos en funciones y eméritos tienen cita en la casa de retiros espirituales "El Cenáculo-La Montonera", estancia de 220 hectáreas en la localidad bonaerense de Pilar, que cuenta con capilla, 180 habitaciones, dos comedores, varias salas de reunión auxiliares y un auditorio para 220 personas.

Desde el reciente obispo auxiliar para Lomas de Zamora, Fernando Daniel Rodríguez, de 53 años, hasta el cardenal y arzobispo emérito de Tucumán, Luis Héctor Villalba, de 90 años, estarán presentes primero con una misa, al mediodía, para luego compartir el pan y el vino. Tras la siesta iniciarán el primer proceso de elección luego de siete años de conducción en manos de Oscar Ojea (reelegido en el 2021), obispo de San Isidro, zona norte de la provincia de Buenos Aires. Los postulantes a la presidencia de la CEA, por lo general son dos y como mucho tres, entonces para cena ya tendrán un panorama del nuevo conductor entre pares.

Desde el Vaticano, el obispo de Roma, dio señales claras. Francisco está elevando a los obispos de las periferias (no sólo en Argentina es global), no a los monseñores de los clásicos centros de poder, y en el caso argentino (en paralelo se están realizando elecciones en México y Cuba) el bloque bonaerense-porteño ya ha tenido su conductor por dos periodos. En último anunció de consistorio del Papa Francisco, del domingo 6 de octubre, donde incluyó 21 cardenales, entre ellos al arzobispo de Santiago del Estero, Vicente Bokalic, luego de devolver el título de iglesia primada y quitársela a la arquidiócesis porteña. Demostrando que Bergoglio es un porteño federal, al estilo del fusilado Manuel Dorrego.

C5N pudo conocer, pese al secretismo, que la incidencia del Papa es determinante. Ocurrió en el cónclave de los obispos del 2017. El arzobispo de Santa Fe, José María Arancedo, hoy emérito, cumplía su mandato como presidente de la CEA. Era el año 2014, Francisco era Papa desde el 13 de marzo de 2013. Como es tradición si había un cardenal primado este debía conducir la barca de los obispos. Mario Aurelio Poli tenía el birrete rojo tras suceder a Jorge Bergoglio en el sillón de Rivadavía 415. En la votación las 2/3 partes de los obispos eligieron a Poli. Sin embargo se tuvo que bajar y asumió el segundo más votado, Ojea. Un emisario papal había explicado al flamante cardenal que no era deseo del Papa que asumiera el poder. Mario Aurelio quedó de vicepresidente de la CEA durante dos períodos de 2014 a 2021.

No está fácil que cambie la tradición de elegir al cardenal primado presidente de la CEA. Bokalic es un bonaerense de nacimiento y formado por la Orden de los llamados "vicentinos" bonaerense/porteños que desde el 2014 fue instalado, por Francisco, en la ciudad madre de ciudades, para aplicar su lema episcopal: "Me envió a evangelizar a los pobres". El otro candidato esperable es el cardenal cuartetero, uno de los poquísimos históricos y fieles discípulos de Jorge Mario de la Compañía de Jesús, que en el ejercicio del poder tiene una cucarda nada menor, por ejemplo, la reincorporación de 800 despedidos del Estado provincial.

La Patagonia es la región de extensas tierras inhóspitas, el sur del sur, que el Pontífice anunció que quiere visitar a su regreso a casa. Quizás las tierras del beato Ceferino Namuncurá den otro obispo para conformar un bloque francisquista de la Comisión Ejecutiva, la mesa chica de la CEA, de cara al regreso de Francisco pero sobre todo canalizar el fervor tras su partida del querido y ansiado viaje a la Argentina. El presidente de los clérigos es importante al igual que el secretario general quien tracciona o traba las iniciativas. Si eso no funciona en bloque homogéneo se empantana los tiempos que son acotados y de crisis galopante que necesitan respuestas claras, innovadoras y contundentes.

La cúpula de la iglesia católica está tallada por el tiempismo, la audacia y la alquimia de Francisco. El desplazamiento del arzobispo de la arquidiócesis de La Plata, Gabriel Mestre, lo demuestra. Dejando vacante aún esa estratégica plaza eclesial enganchada con otra clave, Mar del Plata. Asimismo se suman renovaciones ordinarias en el litoral, caso Corrientes y Paraná, de obispos que se jubilan por la edad y que serán eméritos en breve.

En otras provincias, al norte, existen obispos con escándalos inocultables en el manejo de poder, por abusos, desmadre con curas depredadores sexuales y abandono del pastoreo, como ocurre en Catamarca, que llegó al extremo de avalar el bordado de la imagen del presidente Milei abrazando al Papa en el manto de la Virgen del Valle, allí los pueblos pasan meses sin celebraciones eucarísticas, lo que potencia el avance de los evangélicos de la Teología de la Prosperidad.

Para la elección siempre puede aparecer una "bergogliada" que sorprenda. Se sabrá en el transcurso de la semana.

TEMAS RELACIONADOS
DEJA TU COMENTARIO: