A la hora de invertir existen muchas oportunidades, pero hay que separar las empresas seguras y confiables de las fraudulentas.
A la hora de invertir existen muchas oportunidades, pero hay que separar las empresas seguras y confiables de las fraudulentas.
Entre las primeras están los bancos y entidades del sistema financiero que permiten obtener retornos razonables de plazos fijos o divisas extranjeras, un fideicomiso o algún otro contrato legal. En el segundo grupo, un puñado de firmas desconocidas que captan el dinero y prometen intereses exorbitantes. Pero no se trata solo de conseguir beneficios económicos, también es importante la tranquilidad.
Lo primeros que no hay que hacer es confiar en empresas ficticias que utilicen a alguna figura pública. Como premisa principal, las empresas serias no acuden a medios televisivos o propagandas para obtener inversiones.
Las estafas piramidales suelen hacer promesas a futuro de retornos de hasta un 12% mensual en dólares o pesos, mientras que el mercado de capitales está muy lejos de eso. Ante propuestas desmedidas hay que abrir bien los ojos: lo más probable es que el pago se realice uno o dos meses para generar confianza, pero luego de ese tiempo, el negocio se desvanezca.