En la actualidad que estamos viviendo o, mejor dicho, sobreviviendo, el trabajo se encuentra cada vez mas precarizado, en el sentido de que la necesidad de la sociedad nos hace ser esclavos de dicha precarización.
Con mayor frecuencia, las personas encuadradas en una relación laboral, registrada o no, no están a gusto con su empleo. Nos han empujado a una nueva modalidad de precariedad laboral, la cual, la denomino “precarización laboral por necesidad”.
La precarización laboral por necesidad es un camino que la gente, involuntariamente, ha tenido que elegir por las condiciones del plano económico, social e institucional que estamos viviendo en nuestro país.
Solo mencionando tres factores, me llevan a desarrollar la precariedad laboral por necesidad, ellos son:
- La presión tributaria.
- La falta de modernización del mercado del trabajo.
- La necesidad poblacional.
Desde jóvenes universitarios a jubilados desesperanzados, toda la sociedad ha caído en una profunda precariedad en el mundo del trabajo por la mera necesidad de sobrevivir en un contexto de plena recesión, retroceso del salario y estancamiento neto de la economía argentina, componentes estos que producen una privación absoluta en la sociedad de su capacidad de ahorro y una penuria eterna en las empresas, generadoras de empleo, de financiamiento e inversión productiva.
Nos va costar mucho tiempo recuperar la confianza en la cadena de trabajo.
Hay una doble tentativa nueva en la sociedad argentina. Esta tentativa bilateral la veo, de un lado de los trabajadores, de estar tentados de aferrarse a cualquier empleo, en las condiciones mas precarias con el mero objetivo de llevar el pan a sus familias. Del lado de las empresas, tienen una tentación, involuntaria, de contratar mano de obra no registrada porque no pueden cubrir la presión tributaria y las artimañas impositivas que están transitando.
Observemos el siguiente cuadro y los sueldos de bolsillo de 3 millones de laburantes pobres.
El informe tome 20 sindicatos mas significativos que representan 3 millones de trabajadores privados asalariados. En Argentina hay 305 sindicatos reconocidos legalmente con personería gremial. Tan solo 20 arropan la mitad de los privados en blanco. Ahí estamos entrando en el problema. Pero ojo, no son los sindicatos, sino los CCT que no son revisados y por mas paritarias que ya no sirven para nada, si no revisas los básico, el cuadro te muestro que el salario esta pulverizado por completo.
¿Cómo se revisan los convenios? Fácil. Tenés que ver las escalas salariales con las categorías y la actividad y volumen nominal de cada empresa para ver como aplicar la vara. ¿Por qué? La SRL de dos socios con un local de pizza y empanadas en la Av Medrano que factura 1 millón por mes tiene un pizzero, un mostrador y una moto que terciariza tiene 600 mil de sueldo y cargas sociales mas sindicato. Ni hablar si alquila el local de 60m2 y es una franquicia. El tipo emprende para perder plata. Esto no es lo mismo que la pizzería de Av. Triunvirato que factura 10 millones por mes que tiene 20 laburantes y tiene el salón lleno todos los findes.
¿Me explico? Vos no podés aplicar la misma vara sindical o salarial al tipo que tenía un manguito y emprendió un local chiquito que la mega pizzería, una de las 5 más importantes del país. Esto se llama equidad salarial y empresarial referida a la actividad especifica de cada rubro.
Estos valores representan en una caída del poder adquisitivo de mas del 100%, un empleo en negro del 80% y un derrumbe de los alimentos básicos que debe contar todo salario o beneficio jubilatorio para cubrir el básico de una población.
Toda empresa que se le otorgue plena seguridad jurídica y equidad en su producción y actividad principal, mediante la implementación de una armadura, que la proteja jurídicamente, podrán darle su enfoque, los componentes de estas, a la producción, inversión y la generación de mas puestos de trabajo, lograr este blindaje jurídico, es sin lugar a duda, un éxito en el mundo del trabajo para toda la sociedad.
En definitiva, si queremos que el trabajo exista para todos los argentinos, sin precarización o cualquier epíteto que resulte pernicioso para los trabajadores o las empresas, debemos desde ya, todos, empezar a construir el camino que nos guie mediante la modernización y la evolución de las vetustas leyes laborales de nuestro país al trabajo y la transformación del futuro.