A revisar el abono: el café puede ser un gran aliado para nutrir tus plantas, pero también puede alterar el equilibrio del suelo si se usa mal: ¿por qué debés controlar en qué lugares de tu jardín pusiste esta bebida?
Aunque es orgánico, la bebida no es inocente: mal aplicado, puede alterar el suelo y dañar tu espacio verde. Te contamos cómo usarlo bien y qué errores evitar.
A revisar el abono: el café puede ser un gran aliado para nutrir tus plantas, pero también puede alterar el equilibrio del suelo si se usa mal: ¿por qué debés controlar en qué lugares de tu jardín pusiste esta bebida?
Como todo en la naturaleza, el secreto está en el balance. El café puede nutrir, mejorar y activar tu jardín, pero también puede afectar si se usa sin criterio. Si ya lo aplicaste, revisá cómo están reaccionando tus plantas y corregí si es necesario. No todo lo que es compostable es apto para todas las plantas. Cuidar el abono es también cuidar la salud de tu espacio verde.
Por eso, si estás empezando a compostar o aplicás café usado directamente sobre la tierra, es fundamental saber en qué partes del jardín lo colocaste, cuánto usaste y cómo lo combinaste con otros nutrientes orgánicos. Llevar un pequeño registro —mental o por escrito— de los sectores donde incorporaste borra de café ayuda a evitar la saturación del suelo y posibles desequilibrios. Además, mezclarlo con otros residuos como hojas secas, cáscaras de frutas o restos de verduras permite equilibrar el pH y mejorar la aireación del sustrato. Un jardín saludable necesita variedad, y el exceso de un solo componente —aunque sea natural— puede afectar el crecimiento de las plantas.
Usar café como abono natural se volvió una práctica común en jardines y huertas caseras. Es fácil, económico y amigable con el ambiente. Pero no todo lo que es “natural” es automáticamente bueno: el exceso de café en ciertas zonas puede generar efectos negativos, como acidificar el suelo, inhibir el crecimiento de algunas plantas o incluso atraer plagas.
Los restos de café son ricos en nitrógeno, lo que ayuda al desarrollo de hojas y tallos. Además, mejoran la textura del suelo y estimulan la actividad de lombrices. Pero solo si se utiliza con moderación y bien distribuido.