Qué es mejor para concentrarse: estar en silencio o escuchar música

El sonido puede potenciar el enfoque. Elegir bien el entorno marca la diferencia.

La concentración vale oro en un contexto dominado por las pantallas. Algunas personas prefieren escuchar música, mientras otras eligen el silencio, para generar un ambiente que les permita realizar las tareas laborales o de estudio. Mientras algunos logran mayor rendimiento sin interrupciones auditivas, otros encuentran en la música una aliada para mantener el ritmo y reducir el estrés.

Estudios recientes muestran que escuchar ciertos géneros musicales puede mejorar en gran medida la productividad y facilitar una jornada más llevadera. Desde piezas clásicas hasta sonidos de la naturaleza, las alternativas pueden adaptarse según el tipo de tarea y el perfil de cada persona.

Más allá de gustos personales, la música actúa sobre el cerebro, estimulando la liberación de neurotransmisores que influyen en el estado de ánimo, la creatividad y la capacidad de concentración.

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Los auriculares inalámbricos ganaron una gran popularidad como una opción versátil para escuchar música, realizar llamadas o disfrutar de contenido multimedia

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Qué es mejor para la concentración: estar en silencio o escuchar música

Elegir entre trabajar en absoluto silencio o con música de fondo depende en gran medida de cómo reacciona cada persona frente a los estímulos auditivos. No existe una fórmula universal, pero sí una serie de beneficios comprobados asociados al uso de música en entornos laborales.

Escuchar música durante el trabajo puede aumentar la rapidez y eficacia en un 81% y 88% respectivamente, siempre que se trate del tipo adecuado para la tarea que se está realizando. Los géneros instrumentales, como el jazz suave o la música clásica, son especialmente recomendados para mantener la atención sin generar distracciones, al eliminar el componente vocal que podría interferir con el pensamiento lógico o verbal.

Por otro lado, los sonidos ambientales como la lluvia o el mar tienen un efecto que genera calma y favorece la relajación y disminuye el estrés, lo cual también puede impactar positivamente en la concentración, sobre todo en momentos de alta carga mental. Además, ciertos estilos musicales estimulan la creatividad, como las bandas sonoras o piezas melódicas sin letra, que activan áreas del cerebro relacionadas con la innovación y la resolución de problemas.

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La música no solo impacta en el desempeño individual, sino también en el clima general de trabajo. Al mejorar el humor y generar una sensación de bienestar, ayuda a crear relaciones laborales más amables y colaborativas. En ese sentido, también es útil como herramienta para fomentar el compañerismo y reducir tensiones.

Pese a esto, no todos reaccionan igual frente a la música. Algunas personas se sienten más enfocadas en completo silencio, y eso también es válido. Conocerse a uno mismo y experimentar con distintas opciones es muy importante para encontrar el equilibrio entre rendimiento y bienestar. Lo importante es identificar qué funciona mejor según el contexto y las necesidades de cada persona.