Motosierra de Milei: preocupación en la cultura por el Festival de Cine de Mar del Plata

Fernando Juan Lima renunció al cargo de presidente del festival el pasado 11 de julio. Esta renuncia fue forzada por el ajuste que llevó a cabo el Ministerio de Capital Humano.

La motosierra aplicada al Estado desde que asumió el gobierno de La Libertad Avanza, en el INCAA generó que el Festival de Cine de Mar del Plata, único de clase A en América, se realice con un vaciamiento casi total, y que Ventana Sur, uno de los mercados de la industria más importante en América Latina, se mude a Uruguay.

Javier Milei sabe que el prestigio cultural vale mucho. No en vano mintió en una contratapa de su último libro en la edición española. Que es otra magnífica obra de copy & paste del economista, esta vez justo copiando a un investigador del CONICET, uno de los lugares donde la motosierra de la Cultura realizó los más profundos recortes. Ahí puso que es egresado de la UBA, pero el prestigio en el campo cultural no reside sólo en los títulos académicos.

En las industrias culturales (literatura, cine, teatro), los premios equivalen a un título. Por eso en los lanzamientos cinematográficos se ponen los palmares y pendones ganados en los concursos de renombre. Así como la UBA está en dentro de las 50 mejores universidades del mundo, el festival de Mar del Plata está entre los pocos festivales clase A, calificación que comparte con los aclamados (y glamorosos) festivales de Cannes, Venecia, San Sebastián, y Berlín.

Apenas asumido Pirovano como presidente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, empezó a accionar la motosierra en el ente cinematográfico, anunciando que el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, era un gasto innecesario. No obstante, para cumplir la ley, lo tuvo que organizar, y se produjo la convocatoria a la inscripción de películas, que cerró el 30 de junio.

A cuatro meses de la realización del evento y con todo ya puesto en marcha, Fernando Juan Lima renunció al cargo de presidente del festival el pasado 11 de julio. Esta renuncia fue forzada por el ajuste que llevó a cabo el Ministerio de Capital Humano. Lima fue nombrado presidente del festival en 2020, luego de la muerte de quien estuvo años a cargo del mismo: el director y docente José Martínez Suárez, el admirado hermano de Mirtha Legrand.

En su gestión, Lima logró llevar adelante un festival de calidad a pesar de las adversidades, tanto de las generadas por la pandemia del COVID-19 como por las vicisitudes económicas. Anunció su paso al costado en sus redes sociales: “Son muchas (demasiadas) las cosas que no compartimos, las ausencias que se vienen señalando y los avances y actos que consideramos impropios", explicó el crítico cinematográfico y abogado administrativo. Agregó que, frente al "planteo de estas circunstancias la decisión política fue la de que no continuase en el cargo".

Este año será la primera vez que el evento no será financiado por el Estado nacional. El Gobierno alega que habrá fondos privados, pero será la propia comuna la que aporte dinero, a efectos de mantener el único festival latinoamericano con calificación "Categoría A" en La Feliz. Esta edición del festival iba a ser especial por dos aniversarios, el número 70 desde su creación, y el 150 de Mar del Plata, que es ciudad elegida precisamente por brindar el marco perfecto para un evento de esta categoría.

Ya en febrero, cuando por primera vez se habló de no realizarlo, el intendente Guillermo Montenegro propuso que se haga como un “festival de Netflix”. Eso iría en contra del libre comercio en los encuentros de negocios (no todo es alfombra roja y una premiación con actores famosos,) que busca la Federación Internacional de Asociaciones de Productores Cinematográficos (FIAP), como organización que acredita los festivales.

Esta nueva medida de aportes privados no es necesariamente mala, siempre y cuando el INCAA cumpla con lo que indica la ley de cine, que es lo que se declaró cumplir en el Boletín Oficial el 20 de mayo, cuando se anunció el festival. En la resolución 173/2024 del 16 de mayo dice en sus considerandos: “la Ley N° 17.741 (t.o. 2001) y sus modificatorias, dispone que el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales tendrá a su cargo el Fomento y la regulación de la actividad cinematográfica en todo el territorio de la República y en el exterior en cuanto se refiere a la Cinematografía Nacional. Que dentro de las medidas de fomento previstas por el artículo 3° inciso a) de la Ley 17.741 (T.O.) y sus modificatorias, se encuentra la de auspiciar concursos y establecer premios, en tanto el artículo 24 inciso n) de las normas citadas, faculta a aplicar sumas del Fondo de Fomento Cinematográfico al cumplimiento de las actividades que, en cumplimiento de la Ley aludida deben ejecutarse a fin de desarrollar la cinematografía y las artes audiovisuales argentinas. Que el Instituto Nacional de Cine y Artes tiene a su cargo la realización del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Así es como el gobierno incumple con su deber legal de fomentar al Festival.

Quedará para una investigación sociológica analizar el motivo por el cual el libertario no sigue el ejemplo de su héroe Carlos Saúl Menem, quien no le puso obstáculos a la cinematografía. La Ley de Cine de 1994 se promulgó durante el menemismo, el que pasó a la historia esencialmente por desmantelar la estructura pública, pero que se permitió sancionar una ley proteccionista que literalmente salvaba de la extinción al cine nacional. El presidente del INCAA del menemismo, Julio Maharbiz, logró recuperar al Festival Internacional de Cine de Mar del Plata luego de 20 años, en 1996, que fuera interrumpido por la última dictadura.

Esta semana se supo que el más importante mercado audiovisual de Latinoamérica, Ventana Sur, dejará de realizarse en Argentina, para pasar a realizarse en Uruguay, dada la negativa del INCAA a organizarlo. La no realización del evento preocupó a productores y distribuidores de todo el mundo. Y es por eso el coorganizador de Ventana Sur, nada menos que el Marché du Film del Festival de Cannes, rápidamente buscó un nuevo lugar de organización y acudió al ACAU (Agencia del Cine y el Audiovisual del Uruguay), conveniando su realización en la ciudad de Montevideo. El actual Ventana Sur Río de la Plata (antes sólo figuraba Argentina en su nombre) es el principal mercado de cine de la región y se ha convertido en una cita impostergable en el calendario de viajes de los distribuidores y compradores de la industria de cine internacional. Recibe anualmente 3000 participantes acreditados, entre los que hay más de 800 compradores y vendedores provenientes de los cinco continentes.

El liberal Lacalle Pou, que sí la ve en cuestión de la importancia del cine como industria y como creador de identidad cultural, mientras tanto se fotografía con artistas cinematográficos uruguayos en el lanzamiento de un fondo de fomento, que será parte del Festival Internacional de José Ignacio. Un impulso al pequeño festival y a esa industria cultural. El libertario Milei pierde que la Argentina brille al ser el anfitrión de un festival mundialmente reconocido, siendo uno de los eventos más prestigiosos a nivel mundial del séptimo arte.

Gabriel Di Taranto

Es Magíster en Comunicación Política (UNDAV)

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