Los candidatos llegan al debate con distintas necesidades

Los cinco candidatos a presidente se mostrarán este domingo en Santiago del Estero. Presentarán sus propuestas y discutirán de cara a un electorado que ha abandonado levemente la apatía en relación con las PASO. 

Varios factores movieron el tablero electoral e interpelaron en varios sentidos a una sociedad donde el hastío por la falta de respuestas y la angustia por la inflación y la inseguridad continúan primando pero que muestra un módico crecimiento en el interés por los comicios del próximo 22 de octubre.

Las razones son diversas. Una parte encontró en Javier Milei una opción para mostrar ese descontento. Lo que antes podía ser la máxima variante de la anti política -el “voto feta de mortadela”, nulo o ausente- hoy tiene una expresión y un representante. Milei acertó en mostrarse como el abanderado de los que creen que los políticos son los culpables de todos los males, de los desinteresados que lo encuentran interesante por lo estrafalario y, por supuesto, de los que imaginan que puede ser un neo Menem.

¿Qué otra cosa que remedar a la convertibilidad hace la incumplible promesa de dolarizar del libertario? Su leve triunfo frente a los dos tercios de las primarias, significa que la sociedad está a favor del retiro del Estado de áreas sensibles como la educación y la salud, de una reescritura negacionista de la historia de la última dictadura o de la eliminación de las jubilaciones? Todo indica que no. El cachetazo para la política tradicional que implica votarlo no le da un cheque en blanco para cualquier aventura.

Milei

Es por esto que otra parte de la sociedad, la que mira con horror la posibilidad muy concreta de que Milei gane las elecciones, también se ha visto sacudida y pueden anticiparse mayores niveles de participación en las generales. Los desencantados del gobierno o los que no confían en Sergio Massa muestran mayor interés en apoyar al oficialismo.

El ministro de Economía está haciendo un sprint final de campaña que impresiona por su despliegue y voluntad de poder. A los anuncios, que buscaron paliar la difícil situación que impone la inflación en casi todos los estamentos sociales, le ha sumado una presencia territorial y un diálogo con gobernadores, dirigentes sindicales, intendentes y diferentes actores que impresiona.

Massa está en todos lados y con todos. No le queda otra. Que el ministro de Economía de una Argentina con 40% de pobreza y 150% de inflación se mantenga competitivo en una contienda presidencial, demuestra lo extraordinario del momento que vivimos.

Sergio Massa acto apoyo CGT Congreso 2

Massa irá al debate a defenderse de todos y a intentar demostrar algo igualmente estrambótico pero real: que el único capacitado para organizar un cambio verdadero que saque a los argentinos de su postración es él. Las características de sus contrincantes ayuda mucho, por supuesto. Ni las propuestas de Milei ni las de Patricia Bullrich parecen tender a resolver los múltiples problemas económicos, sociales e institucionales que nos aquejan. Casi todo lo contrario.

Resta ver el impacto del affaire Martín Insaurralde. Está claro que sus adversarios lo usarán en su contra. “Como no quiero que se me utilice para afectar al espacio político en el proceso electoral…” comienza el mensaje de renuncia del ahora exjefe de Gabinete de la Provincia de Buenos Aires. Está de más decir que es demasiado tarde. La impresentable conducta del intendente de Lomas en licencia afectará a Unión por la Patria.

Por supuesto que Juan Schiaretti y Miriam Bregman propondrán sus cosas… pero parecen poco gravitantes en función del bajo acompañamiento que seguramente tendrán en las urnas.

Patricia Bullrich tiene otras urgencias y otros pesos sobre su espalda. Con poco crecimiento en todas las encuestas, con poco espacio donde ir a buscar votantes y con un acompañamiento poco homogéneo de su propio espacio, la candidata de Juntos por el cambio ha hecho hasta aquí una campaña timorata, con muchos idas y vueltas y con un sólo eje: el odio al kirchnerismo.

BULLRICH

Parece más bien pobre como propuesta para un electorado que pide promesas de futuro más que discusiones que probablemente sean del pasado. Pocos como Cristina Kirchner vieron con tanta claridad el escenario de tercios que se dio en las primarias, pocos como ella entendieron que al correrse de la campaña, le quitaba al macrismo su única idea aglutinante, el antikirchnerismo.

Con estas dificultades Bullrich ha pasado de vestirse de gendarme a convocar a Carlos Melconian para que tape sus baches en materia económica (y luego borrarlo al ver que su imagen negativa es altísima). Ha hecho declaraciones con propuestas casi de autoayuda, recurrió a Santiago Kovadloff y volvió a su idea original, avisando que tendrá una cárcel preparada para Cristina Kirchner.

Con todas estas variaciones no ha quebrado la tendencia inmovilista de su intención de voto y en su propio entorno creen que hoy está afuera del ballotage. Es por eso que se ha preparado durante semana para el debate de Santiago del Estero y sus colaboradores prometen que no se centrará sólo en atacar a Massa sino también en buscar a los votantes de Javier Milei. No es liviana la mochila con la que carga. En su espacio, el ex presidente Macri ha coqueteado con el libertario y los radicales reclaman espacios de decisión cada vez más fuertes para seguir apoyando.

Como están las cosas, Bullrich no se juega sólo su candidatura de cara a la segunda vuelta. También está en sus manos la continuidad de la alianza Juntos por el Cambio.

En el espacio de Milei han vuelto a denunciar campaña sucia y difusión de fake news contra él desde el espacio de Bullrich al considerar que fueron los responsables de la difusión de rumores acerca de ataques de pánico, tratamientos psiquiátricos y hasta una idea de bajarse de la carrera presidencial.

El entorno de Milei asegura que nada de esto fue cierto, que la preparación para el debate es óptima y muestra como Guillermo Francos comanda los contactos y las relaciones políticas para un eventual gobierno. Milei es el que llega más cómodo al debate pero también el más inexperto en estas lides. Esperar que su temperamento volcánico lo traicione parece un tanto infantil con el nivel de preparación que estas instancias electorales tienen pero las aptitudes personales y la experiencia pueden tener un peso.

Con todo, los tres candidatos con mayor expectativa arribarán al debate en la capital santiagueña, madre de ciudades, en un escenario absolutamente volátil, donde nadie tiene asegurado un lugar en el ballotage.

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