La utilización de esteroides anabólicos en el deporte permanece en boga en Argentina desde hace varios años. El deseo de resultados rápidos, la desinformación y la obsesión de las personas por su cuerpo suelen ser un cóctel que pueden llevar a su consumo. Sin embargo, su venta está prohibida sin receta y los médicos advierten que no deben usarse en la práctica deportiva.
Los esteroides anabólicos son sustancias similares a la testosterona, una hormona sexual que principalmente producen los hombres, aunque también las mujeres en menor medida, y que estimula las características sexuales masculinas, como la voz más grave, crecimiento de la masa muscular y de pelo en el cuerpo. En la medicina se utilizan especialmente para tratar problemas hormonales y el retraso en la pubertad.
En este marco, desde 2002 la venta de los esteroides anabólicos en las farmacias en Argentina se realiza bajo receta por la Ley 25.627, aunque se registraron casos de expendios ilegales en gimnasios y otros tipos de hechos clandestinos, como ingresos irregulares al país desde otros orígenes.
El médico endocrinólogo Diego Schwarzstein, de la Clínica ServiDigest de Barcelona y expresidente de la Federación Argentina de Sociedades de Endocrinología, advirtió en comunicación con C5N que se deben evitar estas sustancias en el deporte: "No se deben usar. Si una persona supera los niveles de testosterona, conseguirá más potencia, volumen y fuerza muscular pero con una enorme toxicidad".
Gimnasio
El uso de anabólicos para el gimnasio están de moda.
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"Cuanto más alto el nivel de potencia anabólica, mayor es el riesgo", agregó sobre las consecuencias del consumo desaconsejable.
En tanto, marcó que algunos interesados en consumir esteroides anabólicos en el deporte lo obtienen desde otros países: "Hay algunas moléculas que no se fabrican en Argentina y la gente pide que se los traigan desde otro país o moléculas que no tienen comercialización, como el estanozolol que no se vende para uso humano y sí para utilización veterinaria pero algunos lo consiguen desde otros países. El argumento que cuentan es que si se los ponen a un caballo de u$s1 millón, a las personas no les hace mal. Yo les respondo que al caballo no, pero a ellos sí".
Por su parte, el médico deportólogo, cardiólogo y director del programa de Actividad Física y Deportes del Hospital de Clínicas, Jorge Franchella, alertó a C5N por la postura de los que utilizan estas sustancias para las actividades deportivas: "Las personas, un poco más entusiasmadas en un resultado que en otra serie de situaciones, son capaces de entrar en una situación de riesgo con tal de que por un rato parezca que su cuerpo rinde más. La respuesta que suelen dar es 'de algo hay que morirse'".
Los efectos secundarios más comunes por los anabólicos y por qué son riesgosos
En tal sentido, los especialistas advirtieron que el consumo de esteroides anabólicos expone a efectos adversos que pueden clasificarse en menores, como la aparición de acné y cambios en los niveles del colesterol o triglicéridos, medianos en los casos de infertilidad, impotencia, ginecomastia, modificaciones de conducta y mayores, como cáncer de próstata y de hígado, además de hipertensión, insuficiencia renal y enfermedades cardiovasculares.
"Los efectos secundarios son frecuentes pero varían la severidad. Desde el momento que el anabólico entra al cuerpo, hay un eje que está funcionando dentro entre la hormona y una parte del sistema nervioso, que regula la producción de hormonas. Todo ese eje se altera. En el caso del hombre, provoca que el sistema nervioso piense que no hace falta mandarle órdenes al resto del cuerpo para que fabrique testosterona y eso trae consecuencias", explicó Schwarzstein.
También hizo alusión a los efectos en las mujeres: "El consumo de anabólicos lleva al ingreso de una proporción mayor de una hormona llamada suprarrenal, que se fabrica una muy poca cantidad pero que es la necesaria".
En tanto, el endocrinólogo de la Clínica ServiDigest de Barcelona señaló que se observan con mayor frecuencia las consecuencias perjudiciales menores: "La frecuencia de los efectos secundarios depende mucho de distintas variables, como el tipo de esteroide que se usó, la dosis y el tiempo en el que se consumió. Es mucho más común ver efectos adversos menores".
Sistema nervioso central
Los anabólicos pueden afectar al sistema nervioso central.
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En este marco, diferenció las vías de consumo. "Prácticamente, ya no vemos cáncer de hígado o insuficiencia hepática por los anabólicos porque como se trata de efectos muy difundidos, la mayoría de veces que se consumen es mediante la vía parenteral. Entonces, se inyecta y se evita el paso por el hígado, que genera la hepatotoxicidad", expresó.
Schwarzstein también apuntó hacia la prohibición de los anabólicos de varias organizaciones deportivas: "Los efectos cardiovasculares y el cáncer de próstata también se ven con menos frecuencia porque requieren de un uso más prolongado y con dosis altas, por lo que cuesta bastante dinero. También con las protecciones antidoping, el uso de anabólicos en deportistas de alta competencia ahora es muy raro porque perderían todo mérito deportivo".
Asimismo, Franchella contó el doloroso recuerdo de un culturista. "Un fisicoculturista trabajó conmigo en un hospital. En su momento, había usado anabólicos. Me dijo 'yo vi morir al lado mío a personas de 30 años por los efectos de los anabólicos. Yo quedé con secuelas pero estoy vivo'", señaló.
"El uso es más frecuente en los deportes en los que se elogian los resultados"
Por otro lado, Schwarzstein marcó que el consumo de este tipo de sustancias se observa mayormente en prácticas no profesionales: "Hoy en día, el mayor uso es en los amateurs o los que van al gimnasio, que tienen planes anabólicos hechos por profesores de educación física que muchas veces no tienen los conocimientos necesarios, sino que imitan o repiten lo que ellos hicieron, que a su vez les sugirió otro profesor. Hay personas que cuando se les pregunta dónde obtuvieron este tratamiento, responden que lo compraron en el gimnasio".
Por su parte, Franchella se refirió a las diferencias con respecto a las edades. "El uso de los anabólicos es más frecuente en los deportes en los que se elogian los resultados. En general, cuanto más joven es una persona, menos piensa en los riesgos y la muerte y más se atreve a las concesiones. En la medida que crece, puede ser que tenga más conciencia, pero puede transitar una etapa en el deporte, en donde los recursos personales o facultades no están en plenitud", marcó.
"Luego, en la tercera etapa de la vida es más raro porque generalmente hay más reflexiones y usualmente no es la edad en la que se empieza a hacer algo que no se conoce ni donde hay plenitud", explicó.
Anabólicos
Los especialistas advierten por el uso de anabólicos en el deporte.
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La peligrosa reacción
Por otro lado, Schwarzstein expuso que el consumo de esteroides anabólicos no producen una dependencia pero advirtió por un posible efecto de dejar de utilizarlos: "No generan una dependencia física porque no actúan sobre receptores del sistema nervioso central que vayan a generar dependencia, como por ejemplo el tabaco o el cannabis. Sin embargo, hay que tener en cuenta que permiten adquirir una forma física que si se dejan los anabólicos, se pierden".
"Entonces, alguien que no actúa de forma lógica y que se obsesiona con su físico, podría no tolerar el aspecto que tiene al dejar los anabólicos. Esto es una patología conocida como vigorexia, donde hay una obsesión con la perfección del cuerpo atlético y se obtiene en las personas que obtienen un mejor efecto visual fundamentalmente, apoyados por anabólicos", manifestó.