La mediática Wanda Nara, jefa de las botineras modernas, vuelve a las revistas de esta semana mostrando su mansión en Palma de Mallorca, la isla más cara y exclusiva del Mediterráneo.
La nota de la Revista Gente cuenta detalles de la adquisición de la rubia y su marido, el futbolista Maxi López: siete millones de dólares, en la zona de Formentor, donde pude seguir gastando plata asegurando que no por eso va a fundir al padre de sus hijos, que ya no tiene el rendimiento futbolístico de otras épocas.
Pero lo que más fascina a Wanda Nara son sus vecinos ricos y famosos. Como una cholula perdida aprovecha el Twitter para contarle al mundo lo excitada que está en semejante sitio, muy lejos de sus épocas rapiñando fama en los programas de chimentos hablando de su "virginidad" y mostrando el calzoncillo de Maradona.
"Me acabo de enterar que mi vecino de la derecha es Michael Douglas y el de la izquierda Bono. ¿Me darán una tacita de azúcar?", twiteó esta mañana la fanática de famosos @wanditanara.
Uno se la imagina con una pocket cual turista japonesa que le saca fotos hasta a los perros por el mundo, merodeando la puerta de las mansiones vecinas paseando con el cochecito a sus hijos y pispeando por arriba de la reja, trepando a la libustrina y preguntando a la seguridad de Michael Douglas: "A qué hora sale Mike?", o frente a lo de Bono con unos prismáticos cual paparazzi desquiciada buscando la imagen del cantante.
Y si cumple la promesa de su tweet, ya se nos hace risa la boca imaginar a Catherine Zeta Jones -la mujer de Douglas- abriendo la puerta y encontrándose con Wanda Nara en enterito y con una taza en la mano, o cruzándoselos en el supermercado y corriendolos con el changuito.
Qué linda imagen, no?