¿Los famosos se tienen que reconciliar? Por qué NO
Todo muy bien con la reconciliación Canosa-Rial y De Brito, pero hasta ahí llegamos, viejo. Si todos los peleados del medio se van a amigar, ¿de qué vamos a virir? Socorro!
¿Los famosos se tienen que reconciliar? Por qué NO
1 - Los famosos que están peleados no se tienen que reconciliar porque la amistad no garpa como la pelea en el mundo del espectáculo.
2 - Porque es mucho más divertido verlos diciéndose pestes, en algunos casos dándose una tunda o insultándose por twitter, muy de moda ahora, que dándose besos y abrazos en los que nadie cree de todos modos.
3 - Porque nadie quiere que Dorys del Valle y Emilio Disi se vuelvan a casar, por ejemplo, y hagan la versión 2012 de Stress bajo el título "Stressados después del divircio". Segundas partes no son buenas.
4 - Porque nadie quiere que Mauro Viale y Samid vayan juntos a comer un churrasco a un carrito de la Costanera después de aquella soba magnífica que se pegaron en televisión.
5 - Porque nadie pretende que Lucho Avilés y Jacobson salgan a contar chimentos como la época de Radiolandia cuando uno entró a pegarle una ñapi al otro en cámara haciendo justicia por anticipado.
6 - Imaginemos una reconciliación entre Rial y Sofovich, por Dios, no se les ocurra. Sobre todo después de las últimas pestes que Ventura dijo del Ruso, queremos más sangre para el siguiente boletín.
7 - Me caigo y no me levanto si se reconcilian Pachano y Alfano. ¿Los imaginan juntos haciendo una nueva revista que se llame "Galerita y Galerota de viaje por Minessotta"?
8 - En tiempos que corren sería imposible invitar a que tomen un café de acercamiento Tinelli y Ortega, menos ahora que Marce se hizo un twitter para escribir maldades sobre el ex de su novia; amigarlos sería un pecado.
9 - No me pidan que reconciliemos a Mirtha con la Rosetto, Moria, Silvana Suárez, Luppi, Esther Goris, Del Boca, Roberto Piazza y Damián de Santo, entre otros. Llevaría mucho tiempo y Chiquita tiene que viajar a París. Demasiada gente para amigar.
10 - Tampoco a Gvirtz con Pettinato ni a Pergolini con Tinelli: son muy buenas guerras que alimentan la farándula, y además el lema ya lo dice: en el firmamento de las estrellas, nunca hay lugar para dos.