Qué es la Nueva Ruta de la Seda, el proyecto chino al que se sumó Argentina

Con la adhesión del país, son 145 las naciones que firmaron el memorándum para unirse a la iniciativa del gigante asiático que impulsa el comercio y las inversiones a través de dos vías principales: una terrestre y otra transoceánica.

La iniciativa china, presentada en 2013, fomenta el flujo del comercio y las inversiones. Se trata de una acción en la que el gigante asiático busca ampliar su influencia a nivel mundial con inversiones y tecnología propia como el 5G, que ya llegó a América Latina y es vista con resistencia por los Estados Unidos.

El proyecto busca reflotar la mítica ruta de comercio que entre los siglos IX y XV hizo florecer el intercambio entre Asia y Europa y motivó muchos de los desarrollos tecnológicos que hoy disfrutamos. Esta vez, la idea es realizarlo a escala mundial, con transportes modernos para llegar a todas partes del mundo.

Así, el plan prevé la expansión de las compañías chinas en sectores clave como energía, construcción o telecomunicaciones, con fuertes inversiones en otros países, mayormente economías en desarrollo.

El financiamiento es a través de instituciones financieras privadas o gubernamentales chinas y organismos internacionales como el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura y pueden incluir diferentes elementos en cada caso, como la transferencia de tecnología o el uso de componentes locales para construir la obra en cuestión.

No es requisito estar dentro del proyecto para recibir inversiones chinas y, de hecho, Argentina recibió financiamiento chino desde 2018 sin estar incluida.

La Iniciativa de la Franja y la Ruta, tal su nombre oficial, tiene dos ejes. El proyecto terrestre uniría a China con Pakistán, Afganistán, Turquía, Moscú, Kazajistán, Turkmenistán, Kirguistán, Uzbekistán, Tayikistán y Europa mediante los Balcanes hasta llegar a París.

En segundo término, el proyecto busca llegar a América Latina, África y Oriente Medio a través de una ruta marítima, prácticamente controlada por el estado chino, mediante la instalación de bases militares y puertos comerciales en los océanos Índico y Pacífico.

Con la adhesión de Argentina, son 145 los países que firmaron el memorándum para formar parte de la iniciativa china, con economías que representan el 40% del PBI mundial. Entre las principales ausencias se destacan India, Japón, Alemania, Reino Unido y, por supuesto, Estados Unidos, rival por la supremacía mundial, que ve al proyecto como una estrategia para crear una red de naciones dependientes de Beijing.

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