En momentos turbulentos desde lo económico, los gurúes iluminados te dicen “hay que comprar cuando los precios tocan piso y salir a vender cuando está en el máximo”
En momentos turbulentos desde lo económico, los gurúes iluminados te dicen “hay que comprar cuando los precios tocan piso y salir a vender cuando está en el máximo”
Ciertamente un consejo tan acertado como inútil, porque lo que nadie te cuenta es cuando tocan piso y techo los precios… .
Todo mercado de bienes presenta subas y bajas de precios que pueden ser más o menos intensas y de mayor o menor frecuencia. Cuando esta intensidad y frecuencia es mayor se dice que se trata de mercados de precios “volátiles” (Bipolaridad te diría un psiquiatra…)
A mayor volatilidad, las chances de obtener una ganancia grande son mayores, pero como nada es gratis en la vida, también es mayor la probabilidad de tener grandes perdidas (si no te queda claro pedile a un fanático de las criptomonedas que te lo explica mientras estruja el pañuelo de lagrimas..)
Para los que no nos gusta la ruleta rusa, sea porque somos gente conservadora, o bien de alta presión y riesgo cardiaco (o simplemente cobardes porque no…), el sueño es encontrar un mercado con bienes que no tengan mucha volatilidad, con buena rentabilidad, que mantenga una tendencia de crecimiento de precios en el largo plazo y con un margen de seguridad alto.
El mercado inmobiliario local tiene intrínsecamente muchas de estas características que combinan rentabilidad y seguridad, por lo que suele ser una de las mejores opciones a la hora de querer aprovechar el consejo de los gurúes.
La buena noticia es que ese momento ideal y tan esperado para entrar se ha terminado de configurar en estos últimos meses por el alineamiento de los “astros” a que hace referencia el titulo.
Si Uds. me lo permiten y comparten mi codicia por obtener un rendimiento extraordinario y mi cobardía que me lleva a escaparle al riesgo, me gustaría contarles porque estoy viendo esta “alineación”, justamente cuando todos están tan “alienados”
Las razones de este inusual comportamiento son varias pero la más singular (porque solo se da en nuestro país) es la naturaleza de bien de “reserva de valor” que le damos a los inmuebles ante una economía que se caracteriza por crisis recurrentes y muy pocas opciones seguras de ahorro.
Lo más llamativo es que ante ciertos eventos adversos de la economía los precios no solo no cayeron sino que crecieron más (otro dato que apuntala la validez de la percepción del inmueble como reserva de valor)
Por otra parte las recuperaciones se dan en plazos relativamente cortos, con excepción justamente del ultimo periodo de baja, generado a partir de la debacle desatada entre 2018 y 2019 (devaluación, default, recesión) y que se prolongó producto del impacto de la pandemia / cuarentenas en 2020 y 2021.
¿Y entonces…arranca o no arranca?
Otro slogan trillado dice “en las crisis están las oportunidades”
No por repetido es menos cierto, y el contexto actual del mercado inmobiliario ciertamente, a mi juicio, llego a ese punto tan lindo donde entrarle multiplica las chances de hacer un muy buen negocio, o llegar a la tan buscada vivienda propia, con un margen de riesgo en su punto más bajo del ciclo (siendo cuidadoso obviamente con la selección del proyecto adonde se va a invertir)
Como decía mi abuela materna los domingos cuando ponía los ñoquis caseros en la mesa…¡¡a la carga Barracas!!
Ariel Venneri es Consultor especialista en Economía y Finanzas. Socio fundador de Grupo MAHE PH Eco.