Cuáles son los factores preponderantes a la hora de elegir un vino

Los cambios en el mercado vitivinícola no se relacionan únicamente con los métodos de producción, sino con el packaging, el marketing.

Como en todas las industrias, la globalización ha determinado profundos cambios también en el mercado vitivinícola. Y muchos de ellos, determinantes de tendencias, se han impuesto desde países con un desarrollo económico mayor.

Los cambios no se relacionan únicamente con los métodos de producción, sino con el packaging, el marketing y en este sentido, el diseño de la etiqueta tiene un gran protagonismo.

Se observa una necesidad cada vez mayor por parte de los consumidores de estar informados, de tomar conciencia de lo que ingieren, y en ese sentido las etiquetas detalladas, les proveen de los datos que necesitan en el momento de elegir un vino.

Un número cada vez mayor de personas apuestan por un modo de vida saludable, y la tendencia es evidente, especialmente entre los millenials. Esta nueva conciencia en lo que se refiere al mundo del vino, se traduce en la búsqueda de referencias bajas en alcohol o incluso sin alcohol, que demuestran que se puede seguir celebrando y disfrutando de la cultura del vino de una manera más healthy (sana).

El diseño de la etiqueta, es un factor tan preponderante como atractivo, en consecuencia, en el momento de elegir un vino. En una góndola encontramos variedad de diseños diferentes. Frente a esto aparecen diferentes comportamientos: los consumidores más conservadores buscan el respaldo de una marca tradicional. Otros, más curiosos, optan por probar vinos de bodegas boutique, lo cual los lleva a elegir, en algunos casos, influenciados por un exterior atractivo.

Actualmente, la tendencia, está determinada por las distintas presentaciones en las etiquetas. Por ejemplo el QR, que es un diseño inteligente y una muy buena forma de lograr que los consumidores sepan que consumen, además de lograr adhesión a la marca. También se imponen etiquetas a todo color, que aportan dinamismo al envase y un aire innovador, fresco y joven, indicadas para vinos más ligeros que atraen a los jóvenes. Por otra parte, las etiquetas minimalistas y las clásicas siguen vigentes, y constituyen un modo de posicionar a la marca a través del tiempo, ya que permiten que el consumidor ni bien las ve reconozca la bodega.

Cada vez son más, a su vez, los consumidores que se preocupan por el medioambiente, y adquieren productos con envases reciclables. En ese sentido, las etiquetas de vino ecológicas, deben acompañar también esta filosofía.

Los vinos orgánicos de todo tipo se han impuesto claramente, así como los proyectos de jóvenes enólogos que apuestan por el pasado, el territorio y por una forma de vida más sostenible, como por ejemplo quienes rescatan el método Pét-Nat o Pétillant Naturel. Este, es un modo ancestral de elaborar espumosos que busca una expresión fresca y frutada con la menor intervención enológica posible.

Entre las principales tareas que tienen las bodegas en este sentido, una de la más importante es borrar su huella de carbono, convirtiendo el sector en un medio más sustentable, alineados con la tendencia imperante internacionalmente de cuidado del medio ambiente.

Quienes no tengan en cuenta las tendencias del mercado, quedarán por fuera de la elección de muchos consumidores. Y es por eso que, las bodegas deben replantearse cuestiones estratégicas: cuáles son los objetivos en los que deben centrarse; en que se diferencian y que factores determinarán a los consumidores a elegir sus productos.

El futuro no es simplemente el lugar hacia dónde vamos, lo creamos día a día con nuestras decisiones. Estar atentos a las tendencias nos permitirá un mejor posicionamiento de los productos en los diferentes mercados.

Alejandra Bidaseca es Directora de Winexperts, escuela de vinos.

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