1 - Me aburren las transmisiones de los premios Oscar. Tienen gran producción y conductores divertidos, pero es larga, no dan comida y no hay posibilidades de ver borrachos en las mesas.
2 - Ya no se estrenan tantas pelis dignas del Oscar. Y cuano pasa, en esta época, son cuatro o cinco que uno ve todas juntas porque son las candidatas, y el resto del año a penar por los cines esperando cada tanto une peli.
3 - Ponen a conducir las entregas a los más divertidos showmans americanos. Pero obviamente, sus chistes no los entendemos y la traducción simultánea es horrible.
4 - Larguísimas transmisiones, ya los canales de aire no pelean por pasarlas. Uno recuerda aquellas noches con Paula Colombini y Cabak y de todos modos se alegra que hayan sido exiliadas al cable.
5 - Aparecen esos viejos actores americanos que uno ya no sabía si estaban vivos, el clásico plano de Meryl Streep que está siempre nominada, comprobamos qué viejos están Nicholson y Pacino, y basicamente nos dormimos antes de que termine.