Contrario a lo que muchas personas podrían creer, hacer ejercicio fitness no sólo implica completar una rutina y trabajar el cuerpo, sino que requiere el cumplimiento de otras tareas para poder hacerlo de manera correcta. En cambio, si se omite esta parte, ir al gimnasio puede terminar convirtiéndose en una pesadilla.
Y es que una mala preparación puede conducir fácilmente a lesiones musculares, por lo que existen consejos para evitar estos problemas y mejorar para no sufrir reveses a la hora de hacer ejercicio. Entonces hay que olvidar por un rato sumarle peso a tus ejercicios o repeticiones a tus series, y empezar a preocuparse por la seguridad del cuerpo en el gimnasio.
A partir de esta guía, no sólo podrás mantener un ritmo sostenido de entrenamiento, sino que incluso mejorarás tus condiciones para rendir al máximo nivel. Estas técnicas se incluyen tanto antes como durante y después del entrenamiento, de forma que es necesario contar con estos conocimientos para llevar a cabo una rutina completa y exitosa.
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Equipamiento adecuado
Si vas a entrenar bien, tenés que vestirte bien. Usar la ropa y los accesorios adecuados te ayudarán a realizar el ejercicio sin complicaciones. En ese sentido, las camisetas deportivas se suelen recomendar ya que absorben la humedad, aunque los pantalones cortos y las remeras sin mangas también se usan para proporcionar mayor libertad corporal.
Lo mismo aplica para diferentes deportes y ejercicios. Por ejemplo, si queremos hacer boxeo, debemos vendarnos las manos para estabilizar nuestras muñecas y usar guantes para proteger nuestros nudillos. Otro elemento esencial es el calzado, ya que un buen par evitará que sufras lesiones y ayudará a para mantener una postura correcta del pie y tobillo.
Calentamiento previo
Un momento clave a la hora de hacer ejercicio es el calentamiento previo. Al hacer diferentes tipos de estiramientos dinámicos mejoramos la circulación sanguínea, así como la flexibilidad y el rango de movimiento. Al mismo tiempo, reducimos el dolor muscular y el riesgo de lesiones comunes en el gimnasio.
En la mayoría de los casos, un calentamiento entre 10 y 15 minutos es suficiente para comenzar con la actividad. En caso de no cumplir con esta parte, corremos el riesgo de sufrir dolor articular, lesiones de rodilla, daño muscular y pérdida de amplitud de movimiento, entre otras complicaciones.
Hidratación a todo momento
A veces nos encontramos muy inmersos en la rutina dentro del gimnasio que olvidamos una tarea esencial: tomar líquido. Y es que la deshidratación puede causar diversos síntomas, como sed, sequedad bucal, tics oculares y, para este caso, calambres musculares. Pero la cosa se puede poner peor, ya que también podemos sufrir golpes de calor, mareos o hasta fiebre.
Para poder mantenerse a la regla, se recomienda consumir entre 470 y 900 ml de líquido con electrolitos cada media hora o una hora durante el ejercicio, y también suma consumir geles energéticos con proteína.
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Cuidar el cuerpo
Hay que ser conscientes a la hora de entrenar; no podemos lanzarnos a una gran serie de repeticiones de un nuevo ejercicio si no conocemos la forma correcta de realizarlo. Ahí estaríamos cometiendo un error muy común entre principiantes, pero que a la larga puede llevar a lesiones graves.
En una situación ideal, habría que contar con un compañero o profesor que pueda supervisar nuestro movimiento, y hacerlo de forma liviana y sencilla en un principio. Una vez que le agarres la mano, recién ahí se puede complejizar el ejercicio. Con esto nos evitamos lesiones que nos pueden costar hasta años de entrenamiento.
Ser consistente
Es muy común que las personas abandonen algunos días de su rutina semanal porque tienen compromisos o eventos por los cuales no pueden asistir al gimnasio. Esto es, en definitiva, un error, ya que es la constancia la que logra mejores resultados, por lo que a veces debemos sacrificar nuestra agenda para no perder el ritmo.
Esto, al igual que el resto de consejos, también ayuda a prevenir lesiones, que son más comunes cuando el cuerpo no está ejercitado constantemente. De esta forma, crear un hábito se puede convertir en nuestra mayor fortaleza a la hora de entrenar. Pero eso sí, no hay que dejarse intimidar por los ejercicios más pesados, sino que hay que ir adaptando el cuerpo a cambios graduales que a largo plazo podrá soportar.
Divertirse y cambiar
Muchas personas suelen justificar su aburrimiento en el gimnasio con la repetición constante de una rutina. Es por eso que se recomienda siempre ir realizando ciertos ajustes para que no se torne una tarea tediosa. De esa forma, no sólo lograrás divertirte un poco más, sino que podrás armar un arsenal de ejercicios para luego poder variar entre meses.
Escuchar al cuerpo
Dentro del gimnasio existe la filosofía de entrenar hasta el cansancio, y exigir al cuerpo para lograr los resultados definitivos. Sin embargo, no debemos pasar por alto que, de vez en cuando, el cuerpo necesita descansar. Ignorar el dolor o la fatiga durante el entrenamiento puede ser fatal a la larga.
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Entonces, debemos escuchar a nuestro cuerpo, y ser flexibles con los horarios de entrenamiento. Conocer nuestros propios límites nos permite explotar nuestras capacidades hasta el rango que podamos, y de esa forma disfrutar del ejercicio.
Días de descanso
No siempre entrenar más significa alcanzar mejores resultados. Usar días de descanso permite que los músculos se recuperen, se curen y hasta crezcan. Además, sirve para reponer los niveles de glucógeno consumiendo carbohidratos complejos, manteniéndote hidratado y comiendo alimentos que favorezcan la recuperación, como frutas y verduras.