En sus primeros años con Destiny’s Child, Beyoncé se mostraba con una imagen fresca y juvenil: cabello trenzado, maquillaje ligero y atuendos brillantes, muy en sintonía con la estética pop de fines de los 90. Sus facciones se veían más redondeadas y su estilo transmitía cercanía, propio de una estrella en formación.
Con la llegada de su carrera solista en los 2000, su aspecto comenzó a cambiar. Adoptó un cabello rubio dorado que se convirtió en una de sus marcas registradas, sumado a un maquillaje más elaborado que destacaba su mirada. Sus vestuarios también evolucionaron: dejó atrás los conjuntos coordinados del grupo para pasar a vestidos ajustados y looks que realzaban su figura, siempre acompañados de tacones altos.
Tras su maternidad, Beyoncé habló públicamente de los cambios en su cuerpo. Después de sus embarazos, en especial el de los mellizos en 2017, apareció con curvas más pronunciadas y una silueta distinta a la de sus primeros años. Ella misma contó que el proceso de recuperación física fue largo y que aprendió a aceptar sus nuevas formas, lo que la convirtió en referente de una belleza más realista y empoderada.
En eventos como el Coachella 2018, su físico ya mostraba un tono atlético, con un entrenamiento que combinaba baile, cardio y rutinas de fuerza. Los últimos años consolidaron una estética mucho más sofisticada. Sus apariciones en la alfombra roja del Met Gala la muestran con vestidos de alta costura. El cabello, que pasó por rizos voluminosos, cortes rectos y tonos castaños, hoy se luce generalmente en ondas largas y rubias.
En su actual Cowboy Carter Tour, Beyoncé combina esa silueta trabajada con trajes hechos a medida, botas de cuero y sombreros vaqueros, reflejando un mix entre glamour y raíces country.
Beyoncé logró un admirable récord
El Cowboy Carter Tour no solo agotó estadios en Estados Unidos y Europa, sino que recaudó cifras que pocos en la industria pueden alcanzar. Durante julio, sus ocho presentaciones generaron 102,3 millones de dólares, con más de 392.000 entradas vendidas.
Ese número no es aislado: marcó el tercer mes consecutivo en el que superó los 100 millones de dólares, algo que ningún otro artista había conseguido en más de una ocasión. Así, Beyoncé se sumó a un club muy exclusivo al empatar a Bad Bunny, Coldplay y Elton John como los músicos con más meses en el puesto número uno de la lista de Boxscore, con siete en total.
En Atlanta, por ejemplo, cuatro noches consecutivas en el Mercedes-Benz Stadium dejaron una recaudación de 55,4 millones de dólares y 206.000 boletos vendidos. Esa marca apenas quedó detrás de su show inaugural en Los Ángeles y de sus presentaciones en Nueva York y Londres, que fueron todavía más impactantes en números.
En total, la gira ya alcanzó los 407,6 millones de dólares y más de 1,6 millones de tickets vendidos en apenas 32 shows.