Jugó en Boca y San Lorenzo, y fue protagonista de un atentado que le marcó la vida

El defensor vivió uno de los momentos más trágicos de la historia del fútbol argentino. Un ataque contra el vestuario de su equipo lo dejó al borde de la muerte y lo alejó de las canchas.

El fútbol argentino está lleno de historias curiosas, pero también de incidentes trágicos y episodios de violencia que no siempre se limitan a los enfrentamientos entre barras, sino que terminan afectando a los futbolistas. Es el caso de un defensor que jugó en Boca y San Lorenzo y sufrió un atentado que le marcó la vida.

Se trata de Claudio Zacarías, quien el 8 de mayo de 1988 quedó al borde de la muerte tras ser herido por una bomba de estruendo. Había surgido de El Porvenir y, tras un buen paso por Boca, a sus 23 años jugaba para San Lorenzo cuando sufrió el incidente que casi termina con su carrera y hasta su vida.

"Siento tristeza por no saber qué hubiese sido de mi vida si no me pasaba eso. Incertidumbre de no saber a dónde hubiese llegado. A mí hoy no me conoce nadie", lamentó Zacarías en una nota que brindó a TN Deportivo en 2022. Aunque se recuperó del atentado, las secuelas lo obligaron a retirarse con solo 27 años.

Claudio Zacarías

El atentado contra Claudio Zacarías en 1988

Al momento del ataque, el plantel de San Lorenzo se estaba cambiando en el vestuario visitante de la cancha de Instituto, en Córdoba, para jugar un partido clave. Era la etapa definitoria del torneo, estaban segundos y no podían resignar puntos si querían alcanzar a Newell's. En ese momento ocurrió el desastre.

"Me faltaba ponerme la camiseta, los botines ya los tenía puesto. De repente el profe Webber, que estaba enfrente mío, grita: '¡Fuego, fuego!'. Vio un resplandor. Cuando él grita, yo me paro, explota algo y cae un vidrio y se me clava en la zona de la espalda, de la axila", recordó Zacarías.

Después se supo que una bomba de estruendo había sido colocada intencionalmente en la ventana de una boletería en desuso. La mayoría de los jugadores alcanzaron a cubrirse de las esquirlas de vidrio, pero el defensor resultó herido a la altura de la axila izquierda y empezó a perder mucha sangre.

Claudio Zacarías

En medio de la desesperación que inundó el vestuario, el masajista Juan Mendoza y los médicos del plantel lo sacaron en camilla y lo trasladaron al Hospital de Urgencias de Córdoba. De allí lo derivaron al Hospital Español, ya sin riesgo de vida, para que fuera intervenido.

Según el parte médico, Zacarías tenía "afectada la movilidad del brazo izquierdo y pérdida de sensibilidad". Sin embargo, él solo quería volver a jugar al fútbol, por lo que encaró el difícil proceso de recuperación junto a Mendoza. Y lo hizo con éxito: los hinchas del Ciclón aún recuerdan el golazo que le marcó a River el 8 de diciembre de 1991, con la mano vendada.

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