El reconocido cantante de cumbia Jonathan Müller, conocido popularmente El Villano, contó que le diagnosticaron HIV, y ahora, compartió un nuevo video no solo con información en sus redes sociales, sino también revelando que comenzó su tratamiento: “Arrancamos”.
“El VIH no es una enfermedad, es un virus. No se contagia, se transmite a través de vía sexual, sangre y embarazo”, comenzó diciendo en una grabación que publicó en su Instagram agradeciendo a la Fundación Huésped.
Sobre el tratamiento, reveló que consume una pastilla diaria, la cual “puede lograr que el virus quede indetectable e intransmisible”, aunque aclaró que “eso va a depender de la carga viral que vos tengas en sangre”. “Mientras menos carga viral, más rápido va a ser este resultado”, agregó.
Por otra parte, destacó la labor de la Fundación Huesped quienes “te dan médicos, psicólogos, tratamiento y pastillas completamente gratis”. “1° de mayo, arrancamos”, concluyó mostrando que tomaba la primera pastilla del tratamiento.
Embed - El Villano on Instagram: "Si tienen más data la pueden dejar en comentarios Gracias @fundhuesped "
Cómo es el tratamiento que comenzó el Villano contra su enfermedad
Además de publicar un video tratando de concientizar sobre el VIH, Jonathan Müller también compartió una serie de historias para seguir mostrando cómo atraviesa este proceso.
Primero se mostró frente a un espejo en ropa interior donde dio detalles de cómo está hoy en día: “65 kilos. Mayo 2025. HIV POSITIVO”. Pero al mismo tiempo hizo una extensa reflexión donde reconoció que le da “vergüenza”, pero “dejo registro para comparar mi cuerpo para cuando sea indetectable/ intransmisible y tenga un cuerpo trabajado naturalmente y sea una persona 99,9% sana, lo que no fui nunca en mi vida”.
En otro posteo, el cantante subió una foto donde explicó: “Este también era yo. Me pinchaba una o dos veces por semana con anabólicos, tomaba de cinco a 10 pastillas por día que no sabía ni qué eran, yo confiaba”.
“Me pinchaba todos los días otro anabólico en la panza y para coronar, todos los domingos por ley me tomaba una o dos pastillas de éxtasis. Un domingo tranquilo. Nadie me obligaba a nada, era mi autoestima rota que quería demostrarte que yo era el mejor, un pobre niño roto. Cuiden su salud. ¡No sean como yo! Los quiero”, concluyó.