La unción de Roberto Prevost se vivió con emoción y fervor por una inmensa cantidad de personas reunidas en la Plaza de San Pedro. Este cronista tuvo el privilegio de presenciar en el lugar el anuncio a través de la célebre fumata blanca que, gracias a una chimenea instalada en la mismísima capilla sixtina, ponía fin al cónclave más corto de los últimos 150 años.
Incluso antes del fallecimiento de Francisco, Roma ya era una ciudad completamente transida por la fe de los peregrinos que llegan desde todo el mundo para participar del jubileo de este año. Para los amantes de los signos político- religiosos, Francisco falleció en pascua, durante un año jubilar y el mismísimo día en el que se celebra la fundación de Roma.
Su tumba en Santa María la mayor es visitada por cientos de miles de fieles desde que sus restos descansan allí pero muestra además la impronta del Papa argentino. En una basílica que muestra una impronta renacentista -con otros elementos como el barroco y el arte bizantino que la ornamentan- su sepulcro se destaca por ser lo contrario. Ya se ha hablado de lo ascético del espacio pero no se ha dicho tanto que esa misma cualidad es la que la hace resaltar.
Sin dudas, Jorge Bergoglio decidió ese austero sepulcro por convicción pero también muestra inteligencia y conciencia de su lugar en la historia. El Papa que llegó a Roma desde el fin del mundo para restituir la relación de la iglesia con sus fieles (sobre todo con los que más sufren) entendió que el mejor modo de destacarse en medio del lujo es mostrar lo contrario. El sólo nombre en latín, Franciscus, alcanza para que todos sepan quién está allí.
Lo mismo parece haber sucedido con la búsqueda de continuidad de su misión pastoral. Fuentes muy cercanas a Jorge Bergoglio nos aclaraban, cuando intentamos saber más acerca del flamante León XIV, que el ex obispo de Chiclayo en Perú fue convocado por Francisco al Vaticano hace dos años con una intención que puede haber sido la que se plasmó el jueves en San Pedro.
Ya Steve Bannon, ex asesor de Donald Trump, había anticipado que la elección de Prevost sería la peor para sectores conservadores y de ultra derecha como los que él representa. En sus palabras de hace unas horas en el colegio cardenalicio, el nuevo Papa aseguró: “Tomé mi nombre por León XIII quien afrontó la defensa de la dignidad, la justicia y el trabajo”. Una referencia al pontífice que, con la Rerum Novarum afrontó la cuestión social en la primera revolución industrial. Hoy, según Prevost, la Iglesia debe “responder a otra revolución industrial y al desarrollo de la inteligencia artificial”.
El presidente Javier Milei volverá a Roma (donde estuvo hace dos semanas cuando llegó tarde al funeral de Francisco) y presenciará la misa de asunción de León XIV. El jueves había ensayado una tibia celebración que intentaba adaptar la novedad a las representaciones libertarias: un León con hábitos eclesiásticos diseñado con inteligencia artificial, como muestra del designio divino del rumbo argentino.
La referencia, no exenta de patetismo, esconde que un gobierno repleto de conflictos con sus aliados y preocupado por el impacto del derrumbe de ficha limpia en su imagen, vio como otra mala noticia la elección papal.
Mientras que para Milei no existe la explotación laboral y “Los trabajadores le compran dinero al empleador”, León XIV reivindica la doctrina social de la Iglesia como modo de enfrentar -o al menos, paliar- las crueldades del capitalismo financiero del siglo XXI. Fue el ideólogo Agustín Laje el que asumió el impacto de la noticia desde el Vaticano.
Por eso realizó una transmisión “de emergencia” en redes en la que conversó con el catedrático mexicano del opus dei, Carlos Beltramo. “No es una buena noticia, no es lo que esperábamos” aceptó Beltramo en la charla. Igualmente, está claro que el rumbo de la iglesia católica, que entusiasma a muchos, tiene relativo impacto en la política local. Javier Milei ganó las elecciones insultando a Francisco.
Este domingo comenzará a jugarse la parte más sustancial del calendario político. Habrá elecciones provinciales en Chaco, San Luis, Salta y Jujuy. Y el domingo que viene, se realizará la sobredimensionada elección de legisladores porteños, donde el PRO y LLA dirimen quién liderará la derecha argentina. El rumbo electoral vernáculo se verá y está sujeto a otros condicionantes que la relación con una institución importante como la Iglesia, pero empieza a estar claro que la batalla cultural para instalar como revolucionario un rumbo conservador e individualista parece tener un nuevo opositor al otro lado del Río Tíber.