Está cerca de Buenos Aires y es perfecto para una escapada tranquila: pocos conocen a este pueblo

Una localidad pampeana donde el ferrocarril, los pioneros y la tierra fértil para la agricultura trazaron la historia que aún palpita en sus calles.

A veces, los pueblos nacen del capricho del azar. Otras, de la necesidad. En el caso de Dorila, parece haber sido una mezcla de ambas cosas: un golpe de suerte en un campo sembrado de trigo, un cruce de intereses por un pedazo de tierra y la llegada inminente del tren. Todo eso se combinó a comienzos del siglo XX en el norte de La Pampa, cuando el mapa del país todavía se escribía con surcos y durmientes. Y ahora se presenta como una escapada perfecta cerca de Buenos Aires.

Antes de que tuviera nombre definitivo, el lugar era conocido como Azteazu. La zona ya mostraba signos de vida agrícola, con colonias como “La Argentina” —impulsada por los Devoto— dando sus primeros pasos.

En medio de ese paisaje silvestre, fue Isidoro J. B. Brunengo quien decidió quedarse luego de encontrar una cosecha abandonada que hablaba de tierras generosas. Poco después, el trazado del Ferrocarril Pacífico consolidaría la fundación del pueblo, nombrado finalmente Dorila, en honor a la esposa de José Leandro Parera, donante clave en la instalación de los rieles.

Así, el 30 de marzo de 1907, el primer remate de tierras daba forma oficial a Dorila. El pueblo comenzaba a existir en los papeles, pero también en el trabajo de quienes apostaban a él.

Durante sus primeros años, Dorila parecía destinado al progreso: campos fértiles, cereales que crecían sin pedir permiso y un tren que lo conectaba con el resto del mundo. Pero como ocurre con muchos pueblos del interior, el esplendor inicial no se mantuvo de forma constante. Hubo éxodos, silencios y resistencias. Sin embargo, nunca dejó de existir ni de contar su historia.

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Dónde queda Dorila, La Pampa

Dorila se encuentra al norte de la provincia de La Pampa, en el departamento Maracó. Está ubicada a tan sólo 17 kilómetros de General Pico, uno de los centros urbanos más importantes de la región. Aunque pequeña en tamaño y población, su ubicación estratégica sobre la traza del antiguo Ferrocarril Pacífico le dio una relevancia que, por momentos, desbordó sus límites rurales.

Hoy, el pueblo cuenta con poco menos de 400 habitantes, pero conserva una identidad marcada por la agricultura, la historia ferroviaria y las tradiciones que aún perviven en sus instituciones y costumbres. Es uno de esos lugares donde cada nombre propio parece encerrar una anécdota, y donde cada calle conserva el eco de épocas de mayor bullicio.

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Qué puedo hacer en Dorila, La Pampa

Pasear por Dorila es como abrir un álbum de fotos sepia: cada rincón tiene algo que contar. En su museo histórico, por ejemplo, todavía descansa un viejo proyector Gaumont que alguna vez iluminó funciones de cine organizadas por el Club Sportivo Dorila. Hoy, ese aparato duerme entre fotos antiguas, boletos de tren y objetos que remiten a la vida cotidiana del pueblo en sus mejores años.

La Capilla Nuestra Señora de Fátima también forma parte del recorrido, así como la Escuela N° 249, una de las más antiguas del lugar. Para quienes disfrutan de las historias de esfuerzo y tradición, una parada obligada es la fábrica de bombeadores industriales La Dorita. Fundada por Pedro Moreno, fue durante años la única de su tipo en la provincia, fabricando desde enfardadoras hasta palas mecánicas.

Y si de nostalgia se trata, vale la pena asomarse a los restos de lo que fue la cancha de pelota paleta de la fonda de Clemente Barón, o imaginar aquellos bailes que duraban hasta el amanecer en el club del pueblo, con chocolate caliente y copas de vino incluidas. Hoy la actividad es más tranquila, pero ese espíritu festivo todavía aparece cada tanto, especialmente en aniversarios o encuentros comunitarios.

Cómo llegar a Dorila, La Pampa

Llegar a Dorila no implica grandes complicaciones. Desde General Pico —la ciudad más cercana— son apenas unos 15 a 17 kilómetros, dependiendo del acceso. El camino más directo es por la Ruta Provincial N° 1, y desde allí se puede tomar alguna vía secundaria para llegar al pueblo.

Para quienes viajan desde Santa Rosa, la capital provincial, el trayecto es de unos 130 kilómetros, y se puede realizar en poco más de una hora y media por rutas asfaltadas. Si bien el tren ya no tiene la presencia que supo tener, la red vial permite un acceso cómodo, especialmente para quienes viajan en auto.

Aunque hoy el ritmo del lugar es sereno y su población reducida, Dorila conserva esa impronta de pueblo forjado por el trabajo y los sueños. Es una parada breve en el mapa pampeano, pero con una historia que se extiende más allá de sus límites. Una historia de semillas, hierro y gente que nunca dejó de creer en su lugar.

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