El síndrome de la vida ocupada: qué es, cómo identificarlo y claves para enfrentarlo

La psicóloga Patricia Colina detalló cómo salir de esa sensación de no poder con todo lo que nos proponemos y que puede llegar al extremo de debilitar la salud física y mental.

La vida diaria nos encuentra muy ocupados por un sinnúmero de actividades que no llegamos a cumplir, aunque nos organicemos, situación que llega al extremo de afectar a la salud. Este modo de estar activos todo el día se conoce como el síndrome de la persona ocupada. No se considera un trastorno sino un modo de vida, según los profesionales.

Esta suma de responsabilidades o tareas que podríamos obviar o posponer no nos deja tiempo para el descanso porque nunca hay suficiente tiempo para todos. En este punto, nos afecta psicológica y físicamente y debemos poner un freno a esta situación de colapso y retomar el control de nuestra rutina.

La licenciada en Psicología, Patricia Colina, (MP 8590), del Colegio Profesional de Psicólogos de la Provincia de Córdoba -CPPC- explicó a C5N que "vivimos en una era en la que estar ocupados parece haberse convertido en un símbolo de éxito. Sin embargo, este estilo de vida frenético nos está pasando factura".

"Como psicóloga y coach ontológico profesional, he visto cómo esta obsesión por hacer más, cumplir con todo y estar disponibles 24/7 nos aleja de lo verdaderamente esencial: nuestra salud mental, nuestras relaciones y, sobre todo, de nosotros mismos", agregó la profesional.

El llamado síndrome de la vida ocupada no es un diagnóstico clínico sino que describe una realidad psicológica que afecta a muchas personas, remarcó la SEO y fundadora de Lema & Colina Institute (3513 11-1316 / 3516 16-2617) que ofrece cursos y capacitaciones sobre coaching y neurociencias.

¿Cómo identificar el síndrome de la persona ocupada?

Algunos indicadores que se observan en una consulta profesional con personas que se ven colapsadas porque no encuentran una forma de organizar su vida son:

  • Sensación de urgencia constante: todo parece prioritario, y rara vez la persona se permite un descanso sin sentir culpa.
  • Dificultad para desconectar: incluso cuando no se está trabajando, la mente sigue activa, repasando tareas pendientes o planificando lo que sigue.
  • Falta de tiempo para lo importante: las relaciones, el autocuidado y los momentos de disfrute suelen quedar en segundo plano.
  • Agotamiento: no solo físico, sino mental y emocional, con una sensación de estar drenado, incluso después de un "descanso".

A modo de ejemplo, la investigadora habló sobre su propia experiencia de vida: "También lo he vivido en carne propia: como profesional, esposa, mamá y emprendedora, he tenido momentos en los que me he sentido atrapada en el ritmo acelerado de la vida".

Desde emacolina.com, los profesionales en psicología, coaching y neurociencia, evidenciaron que esta forma de ser tienen mucho que ver con nuestra relación con el tiempo y con las expectativas que nos imponemos", enfatizaron.

Remarcaron la importancia de las herramientas de inteligencia emocional para aprender a reprogramar las prioridades y redescubrir el poder de decir "no".

Síndrome de la vida ocupada
No ser dueño del tiempo o sentir que se escapa de las manos puede deteriorar la salud física y emocional.

No ser dueño del tiempo o sentir que se escapa de las manos puede deteriorar la salud física y emocional.

Síndrome de la vida ocupada: cómo salir

La coach ontológica enumeró a C5N algunas claves para salir del síndrome de la vida ocupada porque es posible volver a tener un equilibrio que nos haga sentir mejor es posible:

  • La necesidad de detenerse y reflexionar sobre todo lo que hacemos en el día y si tiene el valor que merece, para salir del "modo automático".
  • Establecer límites y que es fundamental aprender a decir "no" para no colapsar con cientos de actividades "porque decimos sí a todo".
  • Rediseñar cuáles son las prioridades y crear espacios de desconexión como actividades para "recargar energías" como caminatas, meditación, o momentos de algo que nos gusta. Que no sea una obligación, sino por puro placer.

La idea que propone la Máster en Neurociencias es aprender a ser amable con uno mismo, gestionar las emociones y "no tener miedo al ocio". A través del autoconocimiento se pueden encontrar instrumentos para no terminar con un agotamiento o fatiga física y emocional.

TEMAS RELACIONADOS
DEJA TU COMENTARIO: