El exfutbolista español Julio Alberto Moreno vivió lo mejor y lo peor de la fama. Fue una de las figuras del Barcelona en la década del '80, donde ganó numerosos títulos y fue compañero de Diego Maradona, pero cayó en la adicción a las drogas, llegó a vivir en la calle y estuvo al borde de la muerte.
Actualmente, el exlateral de 66 años dirige la Fundación Relife, que él mismo fundó, dedicada a la prevención y tratamiento de las adicciones. En especial, Moreno da charlas dirigidas a adolescentes de entre 15 y 18 años para concientizarlos sobre nuevas adicciones como redes sociales, apuestas, juegos online y videojuegos.
"Llegué a desear la muerte más que nadie en este mundo. He tenido tres sobredosis. He entrado dos veces en coma y he sufrido otro par de infartos. Salté de un cuarto piso y no pasó nada; salté de un coche en marcha. Doy las gracias por estar vivo. Sé lo que es estar muerto y regresar", afirmó a El Mundo.
Julio Alberto Moreno
X @FundacionRelife
En otra entrevista para Málaga Hoy, reconoció: "Podría escribir tres libros seguidos sobre las drogas, con cada una de las tres sobredosis que he padecido. Sé lo que es estar muerto, ir al otro lado y regresar. El corazón late despacio y acabas reaccionando. No, no te puedes marchar. Todavía hay mucho por hacer".
Los problemas que afrontó Julio Alberto Moreno
Julio Alberto Moreno tuvo una infancia difícil. Después de que sus padres se separaron, fue internado en un orfanato donde sufrió maltratos físicos y abuso sexual. Su vía de escape fue el fútbol. Hizo las inferiores en el Atlético de Madrid, donde debutó en Primera División en 1977.
Gracias a su rapidez y habilidad como lateral izquierdo, en poco tiempo logró destacarse y llegó a Barcelona en 1982, el mismo año en que lo hizo Diego Maradona. Entre otros títulos, ganó la Copa de la Liga, la Copa del Rey y la Supercopa de España.
Julio Alberto Moreno
Redes sociales
"Tuve más dinero de lo que cualquiera podría llegar a concebir en tres vidas", confesó. Allí empezó su camino relacionado con la noche y los excesos. Pero el peor momento de su vida llegó en 1991: se retiró, se separó de una de sus parejas y el fisco le cobró una deuda millonaria, por lo que llegó a dormir en la calle.
Después de tocar fondo, logró pedir ayuda y rehabilitarse. Hoy ya no consume y se dedica a concientizar a los jóvenes sobre los riesgos de las adicciones para que no vivan lo mismo que él. "Los momentos malos parecen que son mucho más duros y más largos, pero creo que tenemos muchos más momentos buenos en la vida", afirmó.