La Policía de Jujuy detuvo a un hombre de 37 años acusado del homicidio de cinco personas y, por las pruebas recabadas hasta el momento, la Justicia sospecha que se trata de un asesino serial que atacaba a personas en situación de calle o contextos vulnerables.
El hombre, identificado como Matías Jurado, fue arrestado durante un allanamiento en su casa del barrio Alto Comedero, en San Salvador de Jujuy. Allí se encontraron restos óseos y de piel, manchas de sangre y ropa que pertenecía a las cinco víctimas, todas reportadas como desaparecidas.
"Yo no quiero usar el término 'asesino serial', atento a que todavía no hemos encontrado ningún cuerpo. Por una cuestión de tacto, primero nos entrevistamos con los familiares y les contamos de esta situación, para prepararlos para lo que parece que sería el panorama. Todo indicaría eso", explicó el fiscal regional Guillermo Beller a Mañanas Argentinas por C5N.
Añadió que "hay muchos indicios" de que las víctimas estuvieron en la casa de Jurado, donde se encontraron "restos óseos, mucha sangre, combustible y ropa de las personas que estaban denunciadas como desaparecidas", por lo que la causa se encaró "como una investigación por homicidio".
Las cinco denuncias por búsqueda de persona se registraron en distintos momentos entre el 11 de junio y el 25 de julio. Los investigadores detectaron "un factor en común" entre el cuarto y el quinto desaparecidos: los dos fueron vistos cuando se subían a un taxi, voluntariamente, con la misma persona.
"Nosotros ya teníamos un registro de esta persona porque tenía antecedentes penales. Ya apuntábamos a él por la imagen, porque teníamos los registros; el taxista nos dice que lo deja en esa casa, que es un segundo indicio; y posteriormente, cuando allanamos su casa, detectamos que efectivamente se trataba de él", detalló Beller.
En el allanamiento se encontraron pruebas que vincularían a Jurado con las otras tres desapariciones. "Tenemos un impacto de antena del primero de ellos en ese domicilio, como que ahí se habría apagado el teléfono. Y respecto de los dos restantes, encontramos una gorra y un buzo que corresponderían con las prendas de ellos", sostuvo.
Jurado vivía en la casa de Alto Comedero con su sobrino de 16 años, cuya declaración en cámara Gesell fue clave. "Él hace alusión a que 'pasaban cosas malas'. Después fue un poco más explícito, dice que el acusado los viernes salía y buscaba gente a la cual después mataba", detalló el fiscal.
Los investigadores creen que Jurado atacaba a personas en situación de vulnerabilidad, ya que, según distintos testimonios, el acusado "andaría rondando siempre lugares con gente de esas características a la cual les ofrecía trabajo, changas o llevarlos a tomar bebidas alcohólicas".
"Tenemos vecinos que nos indican que siempre los fines de semana prendía fuego. Ellos pensaban que era basura, les llamaba la atención el olor que salía. En ese sentido está todo muy claro, podría decirse, pero hasta no tener el resultado de ADN y corroborarlo con las familias no podemos avanzar mucho más", concluyó.