Turismo en Argentina: el destino con paisaje de montaña y un vino espectacular

Este destino permite vivir una experiencia que incluye no sólo paseos por las bodegas del pueblo, sino también la posibilidad de alejarse del ruido urbano y conectar con la cultura local.

Escondido entre imponentes cerros, cardones y viñedos centenarios en pleno Valle Calchaquí, Molinos se presenta como una joya por descubrir en el sudeste de la provincia de Salta. Este encantador pueblo de menos de mil habitantes ofrece una experiencia única para quienes buscan alejarse del ruido urbano y conectar profundamente con las raíces de la cultura andina argentina en un entorno donde el tiempo parece haberse detenido.

Recorrer las calles de Molinos es como transportarse a otra época, donde cada rincón conserva intacta la estética colonial con sus características balcones de madera, muros blancos y patios interiores que relatan silenciosamente historias de un pasado único.

La imponente Iglesia de San Pedro Nolasco, construida durante el siglo XVIII y declarada Monumento Histórico Nacional, destaca en el paisaje del pueblo, custodiando los restos del último gobernador español de la Intendencia de Salta del Tucumán, Nicolás Severo de Isasmendi.

Molinos

Lo que realmente distingue a este rincón salteño es su producción vitivinícola de altura, desarrollada a impresionantes 2.700 metros sobre el nivel del mar, donde la privilegiada mezcla de amplitud térmica, intensa radiación solar y suelos áridos genera uvas de características únicas con piel gruesa y sabor concentrado.

El resultado son vinos extraordinarios, de gran cuerpo e intensidad, perfectos para maridar con los típicos sabores norteños. Las bodegas locales, comprometidas con métodos sostenibles que respetan los ciclos naturales de la vid, ofrecen visitas guiadas donde los visitantes pueden mezclar hermosos paisajes con degustaciones inolvidables.

Dónde queda Molinos

Molinos se encuentra ubicado en el corazón del Valle Calchaquí, en la región sudeste de la provincia de Salta, a unos 206 kilómetros de la capital provincial. Este pintoresco pueblo de montaña se emplaza en un entorno natural privilegiado, rodeado de imponentes formaciones rocosas y extensos campos de cardones.

El viaje hacia este destino ofrece por sí solo una experiencia inolvidable, ya que el camino serpentea entre quebradas de particulares colores, ríos estacionales que dibujan caprichosas formas en el terreno y un aire cada vez más puro que anticipa la desconexión total que experimentarán los visitantes al llegar a este paraíso salteño.

Qué puedo hacer en Molinos

Molinos ofrece una amplia variedad de experiencias para los viajeros que buscan vivir la unión de naturaleza, historia, gastronomía y cultura en un solo destino:

  • Visitar la emblemática Iglesia de San Pedro Nolasco del siglo XVIII, joya arquitectónica colonial declarada Monumento Histórico Nacional, donde descansan los restos de Nicolás Severo de Isasmendi.
  • Pasear por las pintorescas calles sin asfaltar que conservan intacta la estética colonial con sus características casas bajas, balcones de madera tallada, muros blancos y acogedores patios interiores.
  • Explorar las ruinas arqueológicas de El Churcal ubicadas a pocos kilómetros del centro, donde es posible conectar con el legado de las culturas originarias expertas en alfarería, textiles y cestería.
  • Conocer una experiencia enoturística única recorriendo los viñedos de altura a 2.700 metros sobre el nivel del mar, donde se producen algunos de los vinos más destacados del país gracias a condiciones climáticas y geográficas excepcionales.
  • Participar en degustaciones guiadas en las bodegas locales que trabajan con métodos sostenibles respetando el ritmo natural de la vid mientras se admiran sus paisajes.
  • Degustar la gastronomía regional preparada a fuego lento, destacando las famosas empanadas salteñas, tamales, charqui, locro y diversas preparaciones con maíz nativo, todo maridado perfectamente con los extraordinarios vinos de altura producidos en la zona.
  • Sumergirse en la naturaleza que la rodea con caminatas por senderos que atraviesan formaciones rocosas, campos de cardones y vegetación autóctona que permite una conexión profunda con el paisaje andino.
  • Participar de la tradicional Fiesta del Poncho, Doma y Folklore que se celebra cada enero, reuniendo artistas locales, comidas tradicionales y danzas criollas que mantienen viva la identidad gaucha de la región
  • Comprar artesanías locales elaboradas con técnicas ancestrales transmitidas de generación en generación, incluyendo tejidos, cerámicas y piezas talladas.
Molinos

Cómo llegar a Molinos

Para llegar a Molinos desde la ciudad de Salta, los viajeros pueden inclinarse por recorrer los 206 kilómetros que separan ambos destinos a través de la Ruta Nacional 68 hasta Cafayate, continuando luego por la emblemática Ruta Nacional 40 hacia el norte.

Este pintoresco trayecto, que toma aproximadamente 4 horas en auto, permite disfrutar de algunos de los paisajes más espectaculares del norte argentino, atravesando la famosa Quebrada de las Conchas con sus formaciones rocosas de colores increíbles, viñedos de altura y pequeños pueblos que conservan intacta la esencia del Valle Calchaquí.

Para quienes prefieren no manejar, existen servicios de transporte público que conectan Salta capital con Molinos, aunque con frecuencias limitadas, por lo que se recomienda consultar los horarios con anticipación. También es posible contratar excursiones organizadas o servicios de transfer privados desde las principales ciudades de la región.

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