Para Martín Guzmán, "el mejor tributo al legado del papa Francisco es contribuir a una sociedad más justa"

En un artículo escrito junto a su mentor, Joseph Stiglitz, el exministro de Economía destacó el compromiso del pontífice con la justicia económica y su preocupación por la desigualdad. "Su mensaje fue claro: las vidas humanas deben tener prioridad sobre las ganancias corporativas", enfatizaron.

El exministro de Economía, Martín Guzmán, destacó el compromiso del papa Francisco con la justicia económica y, en el día del funeral del pontífice en el Vaticano, afirmó que "el mejor tributo a su legado es contribuir a una sociedad más justa".

En un artículo coescrito junto al economista norteamericano Joseph Stiglitz, publicado en el medio Project Syndicate bajo el título "El papa Francisco y el camino hacia una economía justa", los autores rindieron homenaje al trabajo de Jorge Bergoglio en pos de una mayor equidad.

El texto asegura que el titular de la Iglesia católica tenía una comprensión profunda de la injusticia económica debido a su experiencia en uno de los países con economías más volátiles del mundo. "Vio lo que sucede cuando los sistemas económicos sirven a intereses creados en lugar de a las personas: alta desigualdad, comunidades rotas y males sociales generalizados como el crimen, la adicción y la inseguridad", señala.

Guzmán resaltó cómo el papa Francisco llevó estos conocimientos al escenario global, convirtiéndose en una de las fuerzas morales más poderosas del mundo. "Su voz se convirtió en una de las fuerzas morales más poderosas del mundo, no solo recordándonos nuestra humanidad compartida, sino también desafiando las estructuras institucionales que niegan la dignidad a miles de millones de personas", remarcaron los autores.

papa francisco
El papa Francisco hizo visible en todo momento su preocupación por la desigualdad en el mundo.

El papa Francisco hizo visible en todo momento su preocupación por la desigualdad en el mundo.

También mencionaron que el pontífice criticó las reglas globales que privilegiaban los monopolios, especialmente en el área de la propiedad intelectual. Durante la pandemia de Covid-19, el Papa instó personalmente al entonces presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a apoyar una exención de los derechos de propiedad intelectual para que las personas de todo el mundo pudieran acceder a las vacunas. "Su mensaje fue claro: las vidas humanas deben tener prioridad sobre las ganancias corporativas", enfatizaron.

Guzmán y Stiglitz también pusieron de manifiesto la preocupación de Francisco por los países en desarrollo atrapados en un ciclo de deuda soberana. "Vio, correctamente, que esto no era solo una crisis de deuda, sino también una crisis de desarrollo y, más profundamente, un síntoma de un sistema económico que había perdido su brújula moral", afirmaron.

El texto repasó además cómo el pontífice pidió la creación de una Comisión del Jubileo para abordar la crisis de la deuda y el desarrollo. "Entendió que el Jubileo en el año 2000, por importante que fuera para aquellos que vivían en países con problemas de deuda, solo había logrado un progreso limitado en la creación de más espacio fiscal para aquellos que luchaban con los desafíos del desarrollo", sostuvo Guzmán.

Los autores subrayaron que el Papa siguió de cerca el trabajo de la Comisión del Jubileo hasta sus últimos días. "Estaba especialmente preocupado porque las instituciones multilaterales, diseñadas para salvaguardar la estabilidad global y promover el desarrollo compartido, actuaban como agentes de inercia, sin la solidaridad necesaria para mantener la paz, la prosperidad y la justicia", profundizaron.

Joseph Stiglitz Martín Guzmán Universidad Columbia
Martín Guzmán fue alumno de Joseph Stiglitz en la Universidad de Columbia.

Martín Guzmán fue alumno de Joseph Stiglitz en la Universidad de Columbia.

El exministro y su mentor remarcaron que la Comisión del Jubileo presentará su informe en el Vaticano este verano. "Sus recomendaciones reflejarán la urgente necesidad de reformar los incentivos que han mantenido a tantos países en crisis", aseguraron.

El artículo también resalta la visión del Santo Padre sobre "un sistema económico que, con demasiada frecuencia, priorizaba las ganancias sobre las personas y el egoísmo sobre la cooperación". Esta interpretación se refleja en su crítica a los mercados desregulados que, sin una brújula moral, pueden llevar a una concentración cada vez mayor de ingresos y riqueza.

Además, Guzmán y Stiglitz ponderaron la importancia de la solidaridad y la cooperación internacional para abordar los desafíos económicos globales: "Francisco entendió que todas las partes del sistema eran responsables: los gobiernos de los países deudores y acreedores, los prestamistas privados y la arquitectura financiera internacional". Esta comprensión subraya la necesidad de un enfoque colaborativo y justo para resolver las crisis de deuda y desarrollo.

El texto concluye que Francisco desafió a la comunidad global a imaginar nuevas reglas financieras que sirvan a muchos en lugar de a unos pocos. "Nos recordó que la economía trata sobre las personas, sobre la dignidad y sobre nuestro futuro colectivo", escribió Guzmán sobre una visión que "inspira a continuar trabajando hacia una economía más justa y sostenible, en línea con los valores y el legado del Papa".

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