Muchos jugadores eligen carreras relacionadas con el fútbol después de colgar los botines, ya sea como entrenadores o dirigentes, pero otros descubren que esa vida no es para ellos y toman rumbos completamente diferentes. Ese es el caso de un histórico que la rompió en San Lorenzo y terminó como empleado municipal.
Se trata del tucumano Armando Ignacio Quinteros, quien hizo su carrera profesional como volante y lateral entre 1971 y 1991. Debutó a los 15 años en Atlético Tucumán y enseguida pegó el salto a Vélez. Era un jugador talentoso, atrevido, de potrero, que "quería jugar a la pelota, no al fútbol".
En 1981 cumplió su sueño de llegar a San Lorenzo, club del que era hincha y donde le tocó disputar la temporada en B Nacional antes de conseguir el ansiado regreso a Primera. "Pasé siete meses sin cobrar un peso. Me decían que era un boludo, pero lo hacía por el amor que le tengo a San Lorenzo", contó a Infobae.
Armando Quinteros
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"De los diez partidos que disputé, en ocho tuve que infiltrarme. Pero a la noche, cuando llegaba a mi casa, caminaba por las paredes del dolor que tenía. Hoy eso ya no pasa, porque el jugador se cuida un poco más y piensa dos veces si se va a infiltrar o no. Yo lo hacía por decisión propia", recordó.
Esa situación le pasó factura. En 1985 se fue a Wilstermann de Bolivia y tuvo un breve paso por Talleres de Córdoba antes de regresar para una segunda etapa en San Lorenzo, entre 1986 y 1987. Se retiró en 1991, a los 36 años, con la camiseta de Colón. Actualmente, tiene prótesis en las dos rodillas.
El paso de Armando Quinteros de futbolista a empleado municipal
Después de colgar los botines, Armando Quinteros probó suerte trabajando en el ambiente futbolístico. "Me hablan de San Lorenzo para trabajar en el fútbol recreativo y, cuando tuve que dejar a un nene afuera del equipo, se me puso a llorar. Entonces me di cuenta de que lo mío no era el fútbol, no era para ser director técnico de niños, y me dediqué a otra cosa", explicó.
Armando Quinteros
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"El intendente de La Matanza, Alberto Balestrini, hincha fanático de Vélez, me hizo entrar en la Municipalidad de La Matanza como administrativo. Estuve en la Dirección de Tránsito y nunca dejé de laburar hasta que me jubilé. Me costó mucho porque no estaba preparado mentalmente", concluyó.